Graciela Gar Gulio, vecina de Tandil, está liderando una convocatoria para hacer frente al creciente problema de inseguridad que afecta a la ciudad. En diálogo con el programa Nueva Ciudad de Radio Ayacucho, Gar Gulio explicó que la situación es cada vez más insostenible, ya que los delitos se han multiplicado y los vecinos están viviendo con temor.

Según Gar Gulio, los grupos de WhatsApp entre vecinos se han convertido en una herramienta fundamental para alertar sobre los delitos, pero esta forma de comunicación, que originalmente buscaba brindar apoyo mutuo, ha reflejado un creciente cansancio y desilusión. “Cada vez más grupos se suman a la alerta, pero muchos de los vecinos ya no denuncian porque sienten que no pasa nada”, comentó, señalando que la falta de respuestas efectivas por parte de las autoridades ha generado un ambiente de desconfianza.

Uno de los problemas más graves mencionados es el aumento de las usurpaciones, especialmente en áreas cercanas al centro de la ciudad y en la zona de La Movediza. Según la vecina, Tandil ha crecido considerablemente debido a la llegada de personas que escaparon de la violencia y la inseguridad de Buenos Aires, se enfrenta ahora a problemas de inseguridad mucho mayores. “La gente viene buscando una vida más tranquila, pero la situación se ha complicado mucho”, agregó.

La respuesta de las autoridades locales, a través de la Secretaría de Protección Ciudadana, ha sido la de convocar a los vecinos a formar comisiones barriales. Sin embargo, Gar Gulio expresó sus dudas sobre si estas comisiones realmente pueden contribuir a la solución del problema. A pesar de ello, reconoció que es una medida impuesta desde el municipio, aunque considera que los vecinos deberían tener el derecho de participar activamente sin necesidad de formar parte de una comisión.

Por otro lado, la situación se agrava con la creciente presencia de motos en infracción, que causan ruidos molestos y se desplazan a gran velocidad, poniendo en riesgo la seguridad de todos. Gar Gulio relató que, especialmente durante los fines de semana, se producen ruidos insoportables por la cantidad de motos, algunas de las cuales son robadas. En su vecindario, se han contado hasta 200 o 300 motos circulando sin casco, subiendo a las plazas. “Es un caos absoluto, ya no podemos vivir tranquilos”, afirmó.

La falta de efectivos policiales y controles adecuados en la ciudad ha contribuido a que esta situación se vuelva cada vez más difícil de controlar. Según Gar Gulio, la inseguridad se ha instalado de manera preocupante en Tandil, que hasta hace poco era conocida por su tranquilidad, y ha cambiado drásticamente en los últimos años. La preocupación por el futuro inmediato es creciente, y muchos vecinos esperan que las autoridades tomen medidas más efectivas para frenar la ola de delitos que está afectando a la comunidad.