En un escalofriante viaje a la década de los 80, el documental “Hell Camp: Teen Nightmare” de Netflix desentraña los horrores vividos en el Challenger Wilderness Program, un campamento diseñado para reencauzar a adolescentes problemáticos en Estados Unidos. Aunque suene a título de película de terror ochentera, la historia que narra es un escalofriante recordatorio de las atrocidades cotidianas que ocurrieron en el seno de estos programas aparentemente benevolentes.
El responsable detrás de este infernal experimento fue Steve Cartisano, un exmilitar conocido como “el padrino” de la terapia en la naturaleza. En respuesta al creciente problema de adolescentes con conductas violentas, adicciones y comportamientos antisociales, en la década de los 80 se multiplicaron los campamentos a cielo abierto. Estos programas, en teoría destinados a reformar a los jóvenes, se convirtieron en una moda para las familias acomodadas desesperadas por rescatar a sus hijos de la delincuencia y las drogas.
El documental de 90 minutos expone la cruel realidad que se escondía tras la fachada de estos programas. Adolescentes, arrancados de sus hogares en medio de la noche con el consentimiento de sus padres, eran llevados a lugares inhóspitos para someterse a un programa de 63 días. El Challenger Wilderness Program, en particular, ubicado en el sur de Utah, llevó la brutalidad al extremo, con condiciones que fluctuaban entre terapia, entrenamiento militar y campo de prisioneros.
La mezcla inadecuada de jóvenes problemáticos, desde aquellos con conductas violentas hasta aquellos que solo se dañaban a sí mismos, exacerbó la violencia y el abuso dentro del campamento. La falta de profesionalismo en la coordinación de estos programas, que consistían en caminatas extenuantes sin carpas ni baños, reveló un lado oscuro de la desesperación de las familias y la falta de regulación en este tipo de intervenciones.
Entre los afectados por estos campamentos se encuentran hijos de ricos y famosos, como Paris Hilton y Chet Hanks, hijo de Tom Hanks, quienes también fueron sometidos a estos métodos cuestionables. Aunque no se presenta como evidencia científica, testimonios como el de Hilton señalan los abusos sufridos en estos tratamientos para jóvenes rebeldes.
A pesar de las críticas al documental por su falta de rigurosidad en la investigación, la historia que narra arroja luz sobre un oscuro capítulo en la historia de Estados Unidos. La película muestra que la desesperación puede llevar a las familias a caer en manos de estafadores peligrosos que ofrecen soluciones mágicas para problemas mucho más complejos.