El nombre de Martiren es sinónimo de esfuerzo, organización y entrega. Desde sus primeros pasos en en la década de los 80, ha trabajado de manera incansable para fortalecer la fiesta, contribuyendo a su crecimiento a nivel nacional y garantizando la participación de artistas, productores y visitantes de todo el país. A lo largo de los años, su compromiso ha sido reconocido por sus compaeros y por toda la comunidad, quienes valoran no solo su capacidad de gestión, sino también su calidez humana.
El legado de una fiesta tradicional
La Fiesta Nacional del Ternero y Día de la Yerra es uno de los eventos más importantes en el calendario cultural de Ayacucho, atrayendo a miles de personas cada año. En sus 50 ediciones, ha logrado destacar por la preservación de tradiciones, la promoción del trabajo ganadero y la celebración del folclore. Gracias a la labor de Martiren y otros miembros del comité, la edición ha ganado prestigio y reconocimiento a nivel nacional.
Desafíos superados
Durante su trayectoria, Nilda ha enfrentado desafíos. En particular, los años de crisis económica y las dificultades logísticas que amenazaban con reducir el alcance de la fiesta. Sin embargo la fiesta se ha adaptado a las circunstancias, introduciendo cambios que permitieron la continuidad del evento sin perder su esencia.