La escalada del conflicto entre Israel e Irán generó una suba de los precios del petróleo a nivel internacional, el cual alcanzó su valor más alto en dos meses. La crecida que revierte la tendencia bajista puede impactar en la Argentina tanto en el precio de los combustibles como así también en la cotización de las principales empresas energéticas y el ingreso de divisas.
El riesgo de desajustes fiscales también crece si el aumento del petróleo se traslada a la cadena de precios internos. En este escenario, el Gobierno podría tener que destinar más recursos para sostener los subsidios a la energía, lo que podría obstaculizar el avance en la reducción del déficit fiscal, una de las principales prioridades en la gestión de Javier Milei.
“Los futuros del crudo Brent treparon por encima de los USD 78 por barril en un momento dado, el mayor aumento intradía desde marzo de 2022, durante la invasión de Ucrania por parte de Rusia, antes de recortar las alzas y situarse en USD 74,95 por barril. El precio del gas natural europeo, también una importante exportación de Medio Oriente, se disparó y la demanda de valores de refugio empujó al oro a niveles cercanos a máximos históricos”, consignó la agencia Bloomberg.
El precio del crudo en ascenso empezó a borrar las pérdidas acumuladas durante 2025, generadas por factores como las tensiones comerciales y la reactivación de la producción de los países de la OPEP+.
Las empresas vinculadas al sector energético también podrían enfrentar volatilidad en sus cotizaciones en los mercados. En el caso de YPF, el principal actor en la industria hidrocarburífera local, un aumento significativo en los precios del petróleo podría beneficiar sus márgenes de ganancia.
En paralelo, las exportaciones de gas y petróleo pueden experimentar un incremento en los ingresos. Argentina tiene una posición estratégica gracias a sus reservas de shale oil y shale gas, especialmente en la formación de Vaca Muerta, que concentra gran parte de la producción de crudo no convencional. (DIB)