Hoy, 15 de mayo, se celebra el Día Internacional de la Familia, una fecha que busca promover la importancia de la familia como unidad básica de la sociedad y reflexionar sobre los desafíos que enfrentan las familias en todo el mundo.

La familia es el primer espacio en el que se aprenden valores, se comparten experiencias y se forjan vínculos afectivos que duran toda la vida. Sin embargo, en la actualidad, las familias se enfrentan a nuevos desafíos como resultado de los cambios sociales, económicos y culturales.

Con o sin hijos, biparental o heteroparental, el concepto de familia clásico ha ido evolucionando y cambiando con el paso de los años. “Crecimos con un ideal de familia tipo -de madre, padre e hijos-, donde primaba el lazo sanguíneo y, a partir de él, se daba por descontado el afecto. Pero a esta altura, sabemos que ser mamá o papá no significa por sí mismo amar a ese hijo” explicó la psicóloga María Soledad Dawson, directora de la maestría en vínculos, familia y diversidad sociocultural del Instituto Universitario del Hospital Italiano de Buenos Aires, a la emisora de radio FM Metro, donde abordó las múltiples formas de conformar una familia y las complejidades que esto conlleva en la sociedad actual.

Dawson destacó que éste 2023 nos encuentra en un contexto en el que las familias están experimentando una auténtica revolución debido a las condiciones de la época y a la constante mutación de los vínculos. Señaló que los lazos familiares se construyen día a día, y las personas mutan en relación con los demás, sin poder ser encajonadas en categorías rígidas.

En relación a las dificultades que enfrentan las familias en la actualidad, la psicóloga hizo hincapié en la necesidad de reconocer la diversidad y el hecho de que ya no solo el núcleo familiar tiene a cargo la crianza de los hijos. Los chicos tienen sus propias vidas en otros espacios y traen consigo esas experiencias a sus hogares, donde encuentran a sus referentes afectivos. Esta realidad puede generar dislocaciones, ya que aún persisten conceptos arraigados del amor romántico, que sugieren que este debe ser eterno y exclusivo.

La pandemia de COVID-19 ha dejado huellas significativas en las familias, alterando la forma en que nos comunicamos y afectando la dinámica cotidiana. Dawson afirmó que algunas familias lograron adaptarse al confinamiento, encontrando nuevas maneras de vincularse e intimar en medio de la cercanía forzada. Sin embargo, otras no tuvieron la posibilidad o los recursos necesarios para sostener esa intimidad, lo que generó roces y tensiones. Además, los niños han experimentado dificultades para retomar sus actividades después del confinamiento, lidiando con la reintegración en las burbujas sociales y el reencuentro con otros cuerpos y rutinas.

La experta también señaló los desafíos de vivir en un mundo tan fugaz, en el que todo debe ser inmediato y cumplir con el mandato de ser feliz. La presencia constante de las redes sociales genera ruido, ya que muchas veces lo que se publica en ellas no coincide con la realidad, generando cortocircuitos emocionales en la psiquis de los niños y jovenes.

En conclusión, aparte de la paciencia necesaria para fortalecer los vínculos familiares, Dawson subrayó la importancia de generar lazos con personas cercanas y afines fuera del ámbito familiar. En un contexto donde las formas de conformar una familia son diversas y cambiantes, estas conexiones externas pueden enriquecer nuestras relaciones afectivas y contribuir a una convivencia más sólida y plena. En este Día Internacional de la Familia, resulta crucial reflexionar sobre la complejidad de las relaciones familiares y la necesidad de adaptarse