Una comerciante jubilada de Ayacucho, vecina en el barrio El Embarcadero, expresó su frustración y decepción tras sufrir un nuevo robo en su despensa. A pesar de reiterados episodios similares, ha decidido no presentar denuncia, argumentando que las denuncias previas han resultado ineficaces, ya que los responsables, conocidos en el barrio, siguen libres debido a su condición de menores o por la falta de acción judicial.
Su hija Maria en diálogo en FM Magica, manifestó su indignación por el impacto emocional y económico de estos incidentes. El robo no solo afecta su negocio, sino que además le genera gastos adicionales en seguridad, como la instalación de cámaras. En medio de su frustración, considera que las herramientas legales no ofrecen protección real y siente que su esfuerzo, como el de muchos trabajadores, queda desamparado.
Con tristeza, la comerciante expresó que, si bien el hecho de ayudar la gratifica, estos robos reiterados la llevan a cuestionarse sobre el valor de sus contribuciones al barrio. Como medida desesperada, dijo que, de tener grabaciones que identifiquen al ladrón, optará por exponerlo públicamente, buscando así que el ámbito social genere alguna consecuencia en quienes cometen estos delitos.