El cuerpo de una soldado voluntaria de 21 años que era buscada desde el sábado pasado fue hallado el miércoles pasado a la mañana en un arroyo de la ciudad bonaerense de Bahía Blanca, al que llegaron los investigadores luego de que su novio, también soldado, les confesara ser el autor del crimen, informaron fuentes de la investigación.
Se trata de Agustina Yoselie Nadal Herrera de 21 años, cuyo paradero se desconocía desde el sábado tras el partido de Argentina frente a México por el Mundial de Qatar y era buscada tras una denuncia debido a que no se había presentado a trabajar en la Base Aeronaval Comandante Espora, donde se desempeñaba como marinero segunda voluntaria.
Por el caso, está detenido su novio, Jorge Rojas de 23 años, quien también se desempeña como soldado voluntario en la citada base aeronaval y, el día martes 29 de noviembre, en una comisaría de Bahía Blanca le confesó a los efectivos ser el autor del hecho, según revelaron las fuentes.
En las próximas horas, el sospechoso será indagado por el fiscal Rodolfo De Lucía, de la UFIJ N° 20. Si bien todo lo que sabe hasta ahora hace suponer que el novio de Nadal Herrera es el culpable, su confesión policial no tiene validez legal y debe ratificarla ante el funcionario judicial. Mientras tanto, De Lucía ordenó una serie de rastrillajes en la zona, así como también un análisis de redes sociales y el secuestro de teléfonos celulares.
Hay otro dato que le juega en contra al soldado acusado de femicida: el resultado de la autopsia. Según informó el área de Prensa del Ministerio Público Fiscal de Bahía Bahía Blanca, Agustina murió por estrangulamiento. Técnicamente, su fallecimiento se produjo por una “compresión externa de la laringe lo que produjo interrupción en la ventilación con insuficiencia respiratoria”. Es decir, el asesino la ahorcó.
Además, tenía moretones en el cuello, en el cráneo y en el rostro. La clave ahora es lo que tenga para decir Rojas. Si confirma lo que confesó, cambia su versión o se abstiene de declarar.
La tía de la víctima recordó también algunos detalles que hoy, ya con la muerte confirmada, toman relevancia y explican en parte “el infierno de toxicidad que padeció Agustina por parte de su novio,era celoso, posesivo y que discutían por cualquier motivo” durante al menos un año.
“Agustina era una chica que tuvo una infancia muy difícil y la Armada le dio un sentido para salir adelante. Cuando vinieron a reclutar y promocionarse en Mendoza, mi sobrina quedó enamorada de la vida militar. Sin dudarlo, se anotó y salió elegida. Estaba feliz y quería cumplir la carrera, para luego comprar una casa y volver a Mendoza”, dijo la tía.“Eso para Rojas fue mucho y no lo soportó”, concluyó.
En un comunicado, la Armada Argentina repudió “todo tipo de conductas y actos de violencia de género” y se puso a disposición de la Justicia para esclarecer el caso.