Si bien las autoridades aseguran que no habrá despidos, la reubicación del personal ha generado malestar, ya que muchos empleados deberán trasladarse a otras ciudades, como Tandil o Mar del Plata, para continuar con sus funciones. Esta situación implica costos adicionales que no son cubiertos por el Estado, lo que impacta directamente en la economía de los trabajadores.
El cierre de estas oficinas también complica la vida de los ciudadanos que deben realizar trámites ante ARCA. En Ayacucho, los usuarios podrán gestionar sus documentos hasta el 16 de abril, ya que a partir del 18 de abril todas las dependencias cerrarán, tal como fue publicado en el Boletín Oficial el pasado 5 de marzo.
Además de Ayacucho, las oficinas de Pinamar, Balcarce, Dolores, Luján y San Nicolás también cerrarán sus puertas. En consecuencia, quienes necesiten realizar trámites deberán trasladarse a Tandil u otras localidades donde permanezcan operativas las delegaciones de ARCA.
Esta reestructuración ha generado un clima de incertidumbre y preocupación entre los empleados y las familias afectadas. “En algunos casos, hay matrimonios en los que uno de los integrantes trabaja en el sector privado en su ciudad y el otro ahora debe trasladarse. Esto significa dividir familias o enfrentar largos viajes diarios, algo inviable en términos de tiempo y seguridad”, explican los trabajadores.
