El titular de la fábrica de Helados Tur Cream, Claudio Martín, ha brindado declaraciones en una entrevista en FM 95 sobre las versiones de una supuesta venta. Martín, quien se instaló en Ayacucho en el año 2016 y construyó su fábrica de helados, ha decidido venderla debido a las difíciles circunstancias económicas y financieras que enfrenta. En sus declaraciones, el empresario expuso los desafíos a los que se ha enfrentado desde el inicio del proyecto.
Martín señaló que cuando comenzó la construcción de la fábrica, el dólar estaba valuado a 9.50 pesos, mientras que en la actualidad la cotización es de 503 pesos. Esta enorme devaluación ha llevado a que los costos de los insumos, que son importados, se hayan disparado significativamente. Martín mencionó ejemplos concretos, como el caso de la leche, cuyo precio pasó de 6.000 pesos a 40.000 pesos por bolsa, y el azúcar, que pasó de 20.000 a 200.000 pesos por 100 bolsas. Estos aumentos han hecho que los costos de producción sean prácticamente inalcanzables.
El empresario también compartió que ha enfrentado dificultades personales. Martín expresó su frustración por las críticas y rumores infundados que ha recibido, destacando que ha dedicado 37 años de su vida al trabajo y que la fábrica representa el fruto de sus ahorros y el esfuerzo de toda su familia.
En relación con las críticas sobre presuntas irregularidades en la financiación del proyecto, Martín negó cualquier tipo de blanqueo de dinero y enfatizó que no ha recibido ningún tipo de ayuda o crédito del municipio ni de ningún grupo político. Además, destacó las dificultades que conlleva ser un empresario en Argentina, mencionando la presión impositiva y la falta de acceso a crédito como obstáculos significativos.
Martín explicó que la decisión de vender la fábrica también se debe a la situación económica y al mercado del helado, el cual se limita principalmente al verano. Durante la pandemia, muchas fábricas de helados en Argentina se vieron perjudicadas y algunas incluso tuvieron que cerrar. El empresario reconoció que el negocio del helado no es una necesidad básica y que la demanda disminuye considerablemente en los meses de invierno.
En cuanto a la propiedad de la fábrica, Martín aclaró que la adquirió a través de un plan de pago en 36 cuotas y que la ha pagado en su totalidad. También mencionó la necesidad de mayor potencia eléctrica para poner en marcha la fábrica, lo cual requeriría inversiones adicionales. Martín señaló que si la fábrica se vende, sería una “bendición” para el pueblo, ya que generaría empleo y reactivaría la economía local.
El empresario concluyó expresando su deseo de que la fábrica encuentre un nuevo dueño que pueda hacerla prosperar y destacó que su decisión de venderla no ha sido fácil, pero se debe a las difíciles circunstancias económicas y a su incapacidad para mantenerla en funcionamiento.