El sábado 1 de junio se dio inicio a la Colecta Anual de Cáritas, una de las campañas más importantes para la organización y para todas las familias que dependen de su ayuda en momentos de necesidad. Esta colecta es esencial para reunir los recursos necesarios que permiten a Cáritas cumplir con su misión de brindar asistencia a quienes atraviesan dificultades económicas y sociales.
Josefa Bordagaray, integrante de Cáritas Ayacucho, conversó con Urgente Ayacucho sobre la realidad que enfrentan muchas familias en la región. Bordagaray comentó que “mes a mes siempre aparece alguna emergencia nueva”. Estas emergencias pueden ser de diversa índole, desde la necesidad de ropa hasta la falta de alimentos. En este sentido, Bordagaray explicó que la entrega de ropa se realiza los lunes y miércoles de 17:00 a 18:30 horas, mientras que la distribución de comestibles se efectúa una vez al mes.
La comunidad de Ayacucho ha mostrado una notable solidaridad, y Bordagaray expresó su gratitud hacia todos los donantes. “La sociedad en Ayacucho no podemos quejarnos de lo solidaria que es la comunidad”, afirmó. Las donaciones son variadas y provienen de distintas fuentes, lo que permite a Cáritas mantener un flujo constante de recursos para atender las necesidades más urgentes.
Cáritas Ayacucho no solo se sostiene con la colecta anual. También recibe importantes contribuciones a través de cuotas de socios, remates y la atención del buffet en la Sociedad Rural. Estos ingresos adicionales son fundamentales para cubrir las necesidades mensuales, como la compra de comestibles, que ronda los $300.000 al mes, y la provisión de ropa y otros artículos esenciales para las familias necesitadas.
Bordagaray hizo hincapié en la importancia de la transparencia y la seguridad durante la colecta. “Advertimos a la comunidad que las alcancías son de color verde y llevan el logo de la institución. Algunas pueden llevar un sobre que dice ‘Colecta Anual de Cáritas’, que es blanco con letras azules”, explicó. Esta advertencia es crucial para evitar fraudes y garantizar que las donaciones lleguen a quienes realmente las necesitan.
La colecta anual de Cáritas es una actividad nacional que se realiza el segundo fin de semana de junio. Sin embargo, en Ayacucho, las actividades comienzan desde el primer lunes del mes. Durante este tiempo, los voluntarios recorren las calles con las alcancías, visitando hogares y comercios para recoger donaciones.
El año pasado, la colecta logró reunir $310.000, una cifra significativa que, junto con otros ingresos, permitió a Cáritas atender las necesidades de la comunidad de manera efectiva. Las ganancias provenientes de la atención del buffet en los remates, las cuotas de socios y las donaciones particulares también juegan un papel crucial en la financiación de las actividades de Cáritas.
Para participar en la colecta, hay varias opciones disponibles. Los interesados pueden esperar la visita de los voluntarios, quienes recorren las calles con las alcancías verdes. También pueden acercar sus donaciones directamente a la Secretaría Parroquial o realizar una transferencia bancaria al CBU 0140350103692702011203.
Bordagaray destacó la importancia de estas contribuciones y el impacto positivo que tienen en la comunidad. “Las donaciones que recibimos nos ayudan un montón para poder satisfacer las necesidades que surjan”, afirmó. Además, mencionó la colaboración con otras instituciones, como los Vicentinos, que también juegan un papel importante en la asistencia a las familias necesitadas.
Cáritas Ayacucho trabaja en estrecha colaboración con el área de Desarrollo Social del gobierno local. En ocasiones, cuando las emergencias superan la capacidad de respuesta de Cáritas, se coordinan esfuerzos para asegurar que todas las personas reciban la ayuda necesaria. “A veces coincidimos con las listas de Desarrollo Social, pero ellos también nos dicen que no siempre les alcanza”, explicó Bordagaray.
