Las lagunas y las ciudades que las rodean son algunos de los destinos alternativos en la provincia de Buenos Aires para disfrutar no solo en verano, sino a lo largo del año ya que en sus entornos tranquilos hay muchas propuestas naturales, culturales e históricas por descubrir.
Mar Chiquita
La laguna de Mar Chiquita (ubicada en el distrito homónimo) bonaerense es un accidente geográfico único en Argentina y poco frecuente en el resto del mundo. Se trata de una laguna albufera, un espejo costero con aguas saladas y salobres que está conectado directamente con el océano.
De poca profundidad, la albufera de Mar Chiquita tiene un largo de unos 25 kilómetros y un ancho máximo de 5 kilómetros (con una superficie de 5 mil hectáreas). Este ambiente cuenta con gran diversidad de aves en distintas épocas del año. Además, su territorio es hábitat de la “lagartija de las dunas”, una especie declarada como Monumento Natural de la provincia.
Además, es una parada obligada de las aves migratorias para descansar y alimentarse, tanto para las que vienen del norte como las que arriban desde la Patagonia. Esto le otorga a la región más de 180 variedades de especies, contando residentes y migratorias. Entre las aves de pastizal, el ñandú, el chajá y el halcón son quienes destacan, mientras que en el sector de la laguna podrán encontrar garzas, cisnes de cuello negro y flamencos.
Chascomús
Uno de los lugares más elegidos por su popularidad es Chascomús, localidad que cuenta con más de 240 años de historia. Desde el imán que es la laguna para todos los visitantes hasta sus calles de estilo colonial, siempre es una buena opción para hacer una escapada. Calles de empedrado, esquinas sin ochavas, paseos en barco y atardeceres de cielo naranja, son algunas de las propuestas de la localidad con aires y costumbres de un pueblo.
La laguna homónima es uno de los principales espejos de agua de la provincia y el más grande del sistema de Encadenadas. Con una extensión de 3.000 hectáreas, dos metros de profundidad promedio y costas donde alternan playas con barrancos, es recorrida por un camino perimetral donde hay clubes náuticos e instalaciones que facilitan la práctica de los deportes acuáticos, la navegación y la pesca del pejerrey.
Desde el agua se pueden disfrutar excelentes vistas de la naturaleza e imponentes atardeceres. Mientras que contemplar el atardecer resulta un momento inigualable en la costa. También muchos eligen recorrer los 30 kilómetros del Camino de Circunvalación de la laguna.
Cochicó
En el sudoeste de la provincia, recostadas al filo del límite con La Pampa, se encuentra el sistema de lagunas Encadenas del Oeste. En el partido de Guaminí, a 480 kilómetros de Capital Federal, se pueden visitar tres espejos de agua. El más importante, en términos de infraestructura, es la Villa Turística Cochicó, ubicada a 15 kilómetros de la ciudad cabecera, que recibe visitas todo el año por su riqueza ictícola.
La villa está preparada con servicios de alojamiento, proveeduría, bares, camping municipal y privado, y también tiene una oferta de deportes náuticos y cultural muy importante.
El tridente de lagunas se completa con la Laguna Alsina, ubicada en Bonifacio, a 30 kilómetros de Guaminí, cuyo balneario es más agreste y en un entorno más cercano con la naturaleza; y Lago del Monte, en la ciudad cabecera, que corona la propuesta turística con la Isla Sistina, a la que se puede acceder en lancha, y donde se puede avistar aves, fauna autóctona y visitar la estancia del lugar.
Epecuén
También llamada “Mar de Epecuén”, es famosa por las propiedades curativas de sus aguas de alto grado de salinidad. Fue uno de los principales destinos turísticos termales a principios del siglo XX.
Epecuén está ubicado en el distrito de Adolfo Alsina, al lado de Carhué (la cabecera del partido). Este reservorio cuenta con aguas hipermineralizadas y pertenece al sistema de lagunas encadenadas del Oeste, una cuenca que no tiene salida al océano. (DIB)