En la provincia de Pampanga, Filipinas, la celebración del Viernes Santo fue marcada por la tradicional crucifixión, con Ruben Enaje, un carpintero de 63 años, asumiendo el papel principal por trigésima quinta vez. Ante unos 20.000 espectadores, Enaje y otros participantes revivieron la pasión de Cristo en San Fernando.

Enaje, conocido como el “Cristo de Pampanga”, fue clavado en la cruz durante aproximadamente 10 minutos, junto con otros en la recreación anual que ha perdurado desde mediados del siglo pasado. En este año, Enaje expresó su preocupación por el aumento de la inflación de alimentos en Filipinas y rezó por el bienestar de las familias durante su tiempo en la cruz.

A pesar de haber mencionado previamente que esta sería su última crucifixión debido a su edad y dificultades físicas, Enaje continuó con la tradición este año por solicitud de los organizadores, quienes tuvieron dificultades para encontrar un reemplazo adecuado. En declaraciones al diario Inquirer, Enaje compartió sus experiencias sobre el doloroso proceso y su compromiso con la comunidad que lo rodea.