Este 17 de septiembre, coincidiendo con el Día del Profesor, la comunidad educativa de Ayacucho rindió homenaje a Jorge Gabriel Galzadet, quien anunció su jubilación tras décadas de dedicación y compromiso con la enseñanza. Su retiro marca el fin de una trayectoria que ha dejado una profunda huella en alumnos y colegas, celebrando su legado y contribución al ámbito educativo.
En diálogo con Urgente Ayacucho, Galzadet compartió detalles sobre su trayectoria y los momentos clave que definieron su vocación como docente.
“Al principio, no tenía pensado dedicarme a la docencia. Cuando terminé el secundario, me fui a estudiar Licenciatura en Comunicación Social, y fue durante esos años que surgió la idea de hacer un taller de periodismo para escuelas”, explicó Galzadet. Aunque en sus primeros años no tenía la enseñanza como una opción clara, poco a poco fue desarrollando el interés por la educación. “Cuando me recibí, volví a Ayacucho con esa idea. Al principio no se concretó, pero la semilla estaba plantada, y a los dos o tres años finalmente lo pude llevar a cabo”, relató.
Su primer contacto con el aula fue a través de un taller de periodismo en la escuela N° 16 de La Constancia, la escuela primaria N° 12 y, al año siguiente, en la escuela primaria N° 1. “Esa experiencia fue fundamental porque fue cuando me di cuenta de que, a través de la comunicación, podía aportar algo a los chicos. Al principio era solo un taller, pero luego fui formándome más, y tomé la decisión de hacer la capacitación docente para formalizar mi carrera en la enseñanza”.
Con el tiempo, Galzadet fue asumiendo diferentes roles en varias instituciones de Ayacucho. Dictó clases en la Escuela Secundaria N° 8, en el Colegio Nuestra Sra. del Buen Consejo y en la Escuela Secundaria N° 5 y Nº1, donde más tarde asumiría un cargo como secretario. “De cada una de las escuelas destaco las diferencias; cada institución te obliga a adaptarte a sus características particulares, y eso fue un aprendizaje constante. Trabajás siempre con la misma idea, pero los grupos son muy distintos y te llevan a desarrollar temáticas y trabajos específicos”, comentó.
Su tiempo como docente lo llevó a reconocer la importancia de la adaptación en el aula, tanto en términos de contenido como de la dinámica con los estudiantes. “Los primeros grupos con los que trabajé me marcaron mucho. Empecé con nervios y dudas, pero fueron esos alumnos los que me dieron la confianza de que podía lograr cosas importantes. Esos primeros años fueron clave para darme cuenta de que esta era mi vocación”.
A lo largo de su carrera, impartió materias como Lengua y Literatura, así como Cultura y Comunicación, y trabajó principalmente en escuelas con orientación en comunicación. “Creo que lo que más me gustaba de estar frente al aula era ver cómo los chicos respondían a las clases y cómo podían llevarse algo más allá del conocimiento académico”, agregó.
Al reflexionar sobre los cambios que ha presenciado en el sistema educativo, mencionó que “la docencia se ha vuelto más apresurada, con más exigencias. Hoy, tanto los docentes como los alumnos vivimos apurados, y eso se refleja en el aula“.
Galzadet también destacó que siempre intentó transmitir a sus alumnos valores fundamentales para la vida: “El respeto es algo esencial, no solo dentro de la escuela, sino fuera de ella. Siempre les decía a los chicos que lo más importante es salir de la escuela siendo buenas personas“.
Ahora, en su nueva etapa, tiene planes de dedicarse más tiempo a su familia y continuar con proyectos personales. “Estoy haciendo un programa de deportes en Radio La 95, y eso ocupa parte de mi tiempo. También tengo otros proyectos en mente que aún estoy evaluando”, comentó. Si bien no descarta un eventual regreso a la docencia, por el momento prefiere enfocarse en el periodismo.
Al despedirse de sus colegas y alumnos, Galzadet reflexionó sobre sus últimos días como docente: “Me quedo con el reconocimiento de los colegas, el saludo en los pasillos, las palabras positivas de quienes me dicen que ha sido un gusto trabajar conmigo. Esos son los recuerdos que me llevo, y es algo que valoro muchísimo”.
Además, agregó con emoción que algunos de sus alumnos también le hicieron despedidas especiales: “Cuando me jubilé en abril, cada escuela me organizó una despedida. Pero lo que más me quedó fueron las palabras de los chicos, algunas notitas y regalitos que me hicieron los alumnos. Eso es algo que siempre voy a recordar con cariño”.
Finalmente, al ser consultado sobre qué consejo le daría a los nuevos profesores, respondió con una sola palabra, pero cargada de significado: “Paciencia”. Y agregó, “mirando hacia atrás, no cambiaría nada de lo que viví. Cada experiencia me permitió aprender y crecer como docente y como persona, y eso es algo que me llena de satisfacción”.
