El 2020 fue durísimo para la familia Díaz y tanto Gustavo como su mujer, Noelia, se quedaron sin trabajo. Él se desempeñaba en una cooperativa de La Matanza limpiando zanjas y ella, en tres casas como empleada doméstica. Al igual que sucedió con muchos argentinos, la pandemia del coronavirus arrasó con su estabilidad económica y tuvieron que hacer hasta lo imposible para sobrevivir con un sueldo de $5.000 que ella cobraba por tener uno de esos empleos en blanco. Gustavo intentó con unas changas, pero con la cuarentena estricta fue prácticamente imposible. Luego, con la flexibilización de las medidas, decidió probar suerte con la jardinería pero no ganaba lo suficiente para subsistir.
Fue en ese contexto que la pequeña Mailén escuchó una charla en la que sus padres compartían su preocupación frente a la situación económica que atravesaban. En diálogo con Infobae, la nena contó: “Los oí hablar y decían que tenían que juntar $500 para comprarle una desmalezadora a nafta que vendía un vecino, y se me ocurrió hacer un dibujo para promocionar el trabajo de mi papá, como se hace con esos panfletos que se reparten en la calle”.
Al ver la desesperación de su papá por tratar de conseguir ese dinero lo más rápido posible creyó que podía resultar una buena idea y se puso manos a la obra. Con mucha prolijidad y originalidad ideó el dibujo como si fuera una especie de volante publicitario. Y como suelen hacer los profesionales del diseño en estos casos, destacó bien grande la profesión de su papá, hizo un retrato alusivo donde se lo observa con una bordeadora de césped en sus manos y escribió su teléfono celular para aquel que quisiera contratarlo.
La imagen comenzó a circular rápidamente por todas las redes sociales, destacando la hermosa historia y apoyo de la pequeña hacia su papá.