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El Papá Noel de Tandil: Durante más de 40 años alegró a miles de vecinos y hoy fue reconocido

En un acto cargado de emotividad y nostalgia, la comunidad de Tandil se reunió para rendir homenaje a Raúl Onorado, quien durante 43 años encarnó el espíritu de Papá Noel y Melchor, llevando alegría a generaciones de niños tandilenses. El reconocimiento tuvo lugar en el Parque de la Industria y el Comercio, donde Onorado vivió su infancia y, por solicitud de la familia, se decidió emplazar el merecido tributo.
Acompañados por familiares y amigos, el intendente Miguel Lunghi destacó el papel fundamental de Onorado en mantener viva la ilusión de niños y niñas a lo largo de los años. Lunghi expresó su agradecimiento a la familia por impulsar este merecido homenaje, resaltando el incansable compromiso de Onorado de “dar alegría” durante cuatro décadas.
El intendente subrayó la inquebrantable voluntad de Onorado para recorrer los barrios y el centro de la ciudad, llevando consigo caramelos y regalos, y celebró la importancia de reconocer a figuras valiosas de la comunidad. En un gesto simbólico, Lunghi señaló el sillón rojo, donde otro Papá Noel ocupará su lugar, como un espacio que guardará el recuerdo eterno de las ilusiones navideñas de miles de niños.
Mario Raimondi, Liliana Suau y Marcos González, amigos cercanos de Onorado, compartieron anécdotas y recuerdos, destacando su compromiso, amor y dedicación al encarnar a Papá Noel y Melchor. Lo recordaron no solo como un icónico personaje navideño, sino como un gran padre, compañero solidario y un hombre comprometido con la ciudad.
La trayectoria laboral de Onorado, marcada por su participación en empresas emblemáticas de la ciudad, también incluyó un importante trabajo social ligado al arte y la organización de festivales para niños. Su compromiso con la comunidad se evidenció en su paso como director de Servicios del Municipio durante la gestión de Gino Pizzorno y su contribución a la creación de la cooperativa del Barrio Arco Iris.
El vínculo de Onorado con Papá Noel comenzó en 1978, cuando, ataviado con un traje confeccionado por su hermana, improvisó una barba de cáñamo en una reunión familiar en el barrio Falucho 2. Desde entonces, inició un emotivo recorrido que, con el tiempo, ganó trascendencia en diferentes zonas de la ciudad, llevando consigo un carro con ruedas de hierro tirado por un caballo prestado.
A pesar de su fallecimiento el 24 de abril de 2022, la última Navidad de Onorado no pasó desapercibida. Aun enfermo, solicitó a su familia que lo acompañara para realizar al menos una parte del tradicional recorrido como Papá Noel. Su legado perdurará en la memoria de Tandil, recordándolo no solo como el entrañable Papá Noel, sino como un ciudadano ejemplar que dejó huella en la comunidad.