En una historia de vida marcada por la dualidad entre el campo y la fe, Estanislao Fariña, un hombre nacido y criado en la ruralidad argentina, ha encontrado su camino como cura y veterinario. Su infancia transcurrió entre campeonatos de enlace de caballos y competencias para atar alambres más rápido que sus hermanos. Desde temprana edad, supo que el campo sería una parte fundamental de su vida.

NoFariña pasó su niñez en una “escuela rural de concentración” y llegaba a ella gracias a una “estanciera” que lo recogía junto a otros niños de la zona. A pesar de esta conexión con el campo, años más tarde se graduó como veterinario en Tandil, aunque su carrera en esa profesión fue breve. Su amor por los animales y su fe religiosa han coexistido en su vida de manera armoniosa.

En una entrevista con TN, el cura compartió su experiencia y mencionó que, a pesar de estar en un entorno rural en la localidad bonaerense de Rauch, a veces se siente incapaz de combinar plenamente su amor por el campo y su vocación religiosa. Sin embargo, subrayó que su prioridad siempre fue formar una familia, y la idea del sacerdocio surgió más adelante en su vida.

Para Estanislao Fariña, el campo y la fe están estrechamente relacionados, no solo desde un punto de vista conceptual, sino también en el funcionamiento de la naturaleza. Él opina que el trabajo en el campo es una oportunidad para reflexionar y rezar, similar a las prácticas de los monjes que combinan la oración y el trabajo.

El cura veterinario destacó que tanto la Iglesia como el campo son lugares donde uno puede encontrarse con Dios. Reconoció que la vida en el agro conlleva dificultades y limitaciones, como la dependencia del clima, pero considera que estas experiencias hablan a través del Evangelio y conducen a la humildad

En relación a las diferencias y prejuicios que a veces separan a las personas del campo de las que viven en la ciudad, el padre Estanislao subraya la importancia de valorarse mutuamente y entender las perspectivas de cada grupo. Él hace hincapié en que tanto los productores rurales como los habitantes urbanos deben esforzarse por comprender las realidades y desafíos de cada uno. (Con información de Tn.com.ar)