Eudosio Videla, a sus 83 años, es mucho más que una figura conocida en Ayacucho; es un tesoro vivo de historias entrelazadas con el tango, el automovilismo y el inquebrantable amor por la radio. En un emotivo relato, Videla nos abre las puertas de su vida, una historia que abarca desde los campos de su infancia hasta los micrófonos de La 95.
Eudosio nació y creció en el campo, pero su corazón latía al ritmo de los tangos que resonaban en su alma. A los 18 años, dejó su tierra natal en Ayacucho para aventurarse en Buenos Aires “Fue en la capital donde nació mi vocación por la parte deportiva. Me convertí en socio de Boca Juniors, sumergiéndome en la pasión del fútbol. Pasé largas temporadas como socio, asistiendo a los partidos, y esto se debió en gran medida a la influencia de un tío que formaba parte de la comisión directiva y siempre me llevaba con él”, señala Eudosio.
Con el correr del tiempo, su vida dio giros inesperados. “Me aventuré en el mundo del teatro y la música, cantando tangos y participando en concursos radiales. A los 18 años, representando a la fábrica donde trabajaba, tuve la oportunidad de participar en un concurso de tango en la radio del pueblo. La fábrica mayor, ubicada en Avellaneda, me convocó para representarla en el concurso “De la Fábrica a la Fama”. Aunque no logré avanzar, la experiencia quedó grabada en mi memoria”.
Su camino lo llevó también a estudiar locución y animación de televisión. Sin embargo, el sueño se vio truncado por el servicio militar, que interrumpió los estudios después de cinco o seis meses. Destinado a la ciudad de Mar del Plata por dos años, la vocación por los micrófonos quedó momentáneamente suspendida. A pesar de ello, conservó la añoranza por aquel estudio tan prometedor que quedó en el camino.
Descubrió su primera vocación en un breve curso en Tandil sobre deportes desatando la pasión por el automovilismo gracias a su cuñado. “Conectarme con un periodista deportivo que tenía una revista de automovilismo cambió mi rumbo. De los circuitos saqué fotos, recopilé resultados y comentarios, marcando así el inicio de mi carrera periodística”.
“Desde 1978, cuando conocí a un periodista del diario Clarín, hasta hoy, tengo más de 40 años en el periodismo radial y escrito. Opté por el automovilismo sobre el fútbol por razones económicas, y esa elección me permitió conocer a grandes pilotos como Castellano y Roberto Moura”, agrega Videla.
Desde la revista, pasó al diario “Nueva Era”, donde vivió varios años inmerso en el automovilismo zonal. Recorrió circuitos como González Chávez, Tandil, Lobería y Coronel Pringles, marcando así la trayectoria en el periodismo.
El retorno a Ayacucho en 1981 marcó el inicio de su legado en la radio local. Representante del diario “Nueva Era”, Videla se aventuró con programas como “Mano a Mano con el Tango” en Radio Ayacucho, construyendo puentes entre el deporte motor y la música que amaba. Pero su vínculo con el automovilismo no se desvaneció, y pronto encontró su propio espacio con “A Todo Motor”.
“En Radio Ayacucho, la puerta se abrió gracias a mi buen amigo Roberto Contino y Diego Castaño. Juntos, compartimos programas con Los Hermanos Fulco. Antes de dar el salto a Radio Maipú, donde estuve al frente de “La Actividad Deportiva de Ayacucho”, recuerda con nostalgia Eudosio.
Después de un tiempo dedicado al automovilismo, decidió crear el programa, “A Todo Motor”, en Radio Ayacucho. Aunque los demás compañeros regresaron a Radio Maipú, su camino siguió en la emisora local.
La historia tomó un giro inesperado durante un viaje, cuando conoció a Martín Beherán, con quien compartió la pasión por el automovilismo. “Invité a Martín a unirse a mi programa, y así comenzó una conexión especial. Comienzo a tratar a Julio Quintana y me recomendó a su hijo Emilio, que amaba desde pequeño hacer radio, así que lo agregué a mi programa de automovilismo con sus ocho años y así nació una amistad duradera con la familia Quintana. A Emilio Quintana y Martín Beherán, los quiero muchísimo y considero que son mis alumnos, han crecido enormemente en lo profesional”, cuenta con gran emoción Eudosio.
Después de algunas idas y venidas, la vida en Radio Ayacucho siguió su curso. Cuando pensó que todo estaba completo a los 70 años, Emilio Quintana lo sorprendió con la noticia de que abriría una radio, La 95, y quería que él estuviera allí.
Hoy celebra más de 13 años al aire con su programa “Mano a mano con el tango”. Eudosio agradece a la audiencia y a todos los que han apoyado su programa. Con una emoción palpable, comparte: “Tengo el apoyo de muchísima gente”.
Concluyendo nuestra conversación, Eudosio Videla menciona a un amigo, Pablo Tortorola, de LU Radio Atlántica, que hacia un programa de tango, quien falleció haciendo lo que amaba a los 90 años. “Yo quisiera morir de esa manera”, confiesa, resaltando la pasión que ha guiado cada paso de su vida.
La historia de Eudosio Videla es un testimonio de perseverancia, amor por el periodismo y el tango, y la importancia de seguir los sueños a lo largo de toda una vida. En cada palabra y anécdota, se revela la grandeza de un hombre que ha dejado una huella imborrable en la radio de Ayacucho y en el corazón de quienes lo conocen.
