César Pablo Fraga hizo enormes aportes en la extensión rural desde ámbitos diversos y uno de sus últimos escritos dan cuenta de la importancia que le asignaba a los recursos humanos.
El siguiente informe de Fraga, fue publicado por Producir XXI:
Un grupo no necesariamente es un equipo
Un agrupamiento de personas no necesariamente tienen los mismos objetivos y sin embargo por razones equis están juntos. Un equipo basa su actitud en la cooperación y están unidos por un mismo fin. No es lo mismo.
Las actitudes del equipo
Para que las personas se conviertan en equipo hacen falta varias cosas y entre ellas podemos mencionar objetivos comunes, liderazgo eficiente y actitudes de todos sus componentes para deponer sus inquietudes individuales que pueden comprometer el logro común. No es fácil constituir un equipo a partir de un agrupamiento de personas y en ello tiene que ver mucho la capacidad de comunicación de todos sus componentes y en especial la paciencia de quienes tienen la capacidad de ver más allá de las conductas de cada componente.
Por qué fallan los equipos
En primer lugar las personas fracasan por creer que sólo con juntarse se ha constituido un equipo. Robbins, H. y Finley, M. en su libro “Por qué fallan los equipos” lo han definido muy bien y analizan los diversos motivos por qué los grupos no necesariamente se convierten en equipos efectivos.
Las razones son de diverso tipo y tienen que ver con la predisposición que los individuos tienen antes de constituirse, sus prioridades, su visión política del tema, su capacidad de escucha y priorización de los objetivos de los demás y del equipo y su capacidad de comunicación. Todo esto debe ser advertido por quiénes los convocan y puede ser trabajado antes de las reuniones previstas.
También hay razones no previsibles que pueden motivar el fracaso del equipo constituido que tiene que ver con fallas individuales, de liderazgo, de las metas propuestas por el propio equipo, de la paciencia que se tenga, de los medios que utilizaron para el logro de las mismas y de la capacidad del mismo para revisar, tanto los objetivos como los medios empleados.
Las diferencias individuales
No todos han vivido igual, tienen la misma formación, están en el mismo momento de la vida y diferentes experiencias han forjado sus caracteres.
No se pretende que todos los miembros de un equipo sean iguales pero sí que deben ser consideradas sus diferencias y su posibilidad de compatibilizarse en objetivos comunes. Esto debe ser muy tenido en cuenta por quiénes los convocan y deben ver si, con anterioridad, pueden hacer algo por las distintas visiones del tema a tratar.
Una vez reunidos, se debe lograr la participación de todos, valorar las diferencias individuales, contribuir con las propias ideas en un plano igualdad, favorecer la comunicación, la empatía, proporcionar el feedback necesario sobre el funcionamiento del equipo y festejar los logros individuales y del conjunto.
Es fundamental que todos vean y participen en la definición de las metas a lograr y se comprometan con ellas para que el éxito del equipo sea de todos y de cada uno.
Es muy importante que quiénes los convocan sean a su vez líderes del equipo
Si bien es clave establecer que todos pueden ser líderes de una y otra manera sobre la acción del equipo, es muy importante que quién los convoca tenga:
- El respeto de todos. Es muy común que se crea que esto se puede lograr con el tiempo y es posible que esto sea así pero no deja de ser cierto que, si ya es una condición prevista, ahorrará tiempo y conflictos innecesarios.
- Sepa enfrentar los conflictos. Éstos han de presentarse con el sólo devenir del tiempo y entre los distintos individuos que pueden tener visiones distintas sobre cómo enfrentar tal o cuál problema. Tenerlo previsto es una condición necesaria para verlos venir, pero no es condición suficiente para saberlos resolver. Hay que escucharlos y resolver en conjunto de la mejor manera posible.
- Escuchar con empatía. Escuchar a los demás con empatía y en forma activa es importante para todos los miembros del equipo y es indispensable que quien los conduzca esté atento a hacerlo y a lograr que los demás lo hagan.
- Practicar la participación en las decisiones. Esto ya se ha comentado pero es fundamental que cada uno tenga su rol en la definición de objetivos y plan de acción para que sea parte de las mismas.
- Valorar las diferencias individuales. Cada miembro es líder y tiene una opinión sobre cada acción que se realiza. Es importante pues que pueda expresarla y tenga peso cuando el equipo la considera valiosa.
- Contribuir libremente con las ideas. No todas tendrán valor pero es fundamental que se oigan para que ayuden a la reflexión sobre el tema y para que se puedan expresar con plena libertad. El torbellino de ideas suele ayudar.
- Proporcionar respuestas sobre los logros obtenidos o no y participar en su discusión. Esto hace madurar al equipo y ayuda a mejorar sus resultados.
- Celebrar los logros. El ánimo de los integrantes se fortalece con los logros positivos y deben ser celebrados por ellos como forma de lograr un enriquecimiento de las relaciones entre ellos.
Hay más razones para formar un equipo
Hay más razones y no son menos importantes pero, si el lector lo desea, puede consultar el libro citado o esperar una nueva nota sobre el particular. Mientras tanto, es para pensar.
Es fundamental que todos vean y participen en la definición de las metas a lograr y se comprometan con ellas para que el éxito del equipo sea de todos y de cada uno… y para beneficio de todos.