Este sábado se confirmó el fallecimiento de Luigi Rosetti, reconocido vecino de Ayacucho, quien fue declarado Ciudadano Ilustre en 2018 por su incansable labor solidaria y su legado como peluquero al servicio de la comunidad. Tenía más de 90 años y atravesaba un delicado cuadro de salud desde hace meses, con reiteradas internaciones en el hospital local.

Luigi Rosetti había nacido en Italia y llegó a Ayacucho con tan solo 18 años, trayendo consigo el oficio de peluquero y el espíritu trabajador del inmigrante. Rápidamente se ganó el afecto de la comunidad por su simpatía, su voz entonando canciones italianas y su atención personalizada a cada cliente. Sin embargo, fue tras una grave enfermedad en 1972 que su vida dio un giro trascendental.

Aquel episodio marcó un antes y un después: al sobrevivir a una operación crítica, prometió dedicar el resto de su vida a ayudar a los más necesitados. Desde entonces, comenzó a visitar cada fin de semana a los ancianos del hospital y del hogar de abuelos, ofreciendo sus servicios de forma totalmente gratuita. Durante décadas, cumplió ese compromiso con constancia y cariño, convirtiéndose en una figura entrañable para quienes recibían no solo un corte de pelo, sino también compañía, escucha y calidez humana.

“¡A mí me paga Dios!”, solía decir con una sonrisa cada vez que alguien intentaba recompensar su labor.

Su entrega fue reconocida oficialmente en 2018 cuando, por iniciativa de vecinos y mediante la Ordenanza N° 5234/18, el Honorable Concejo Deliberante lo nombró Ciudadano Ilustre del Partido de Ayacucho, destacando su aporte en los ámbitos comunitario, cultural y deportivo. Incluso el reconocido payador Carlos Sferra le dedicó una canción que recorre su vida y su vocación de servicio.

El fallecimiento de Luigi Rosetti deja un profundo vacío en el corazón de la ciudad. Su historia, ejemplo de humildad, gratitud y amor al prójimo, continuará inspirando a futuras generaciones.