El pasado 8 de junio, Elvira Elba Ibarra, conocida cariñosamente como Titina, falleció a la edad de 81 años en nuestra ciudad. Titina, era una persona muy querida en la comunidad, conocida por su capacidad para transmitir amor y paz.
Nacida en Villa Moll, una localidad del partido de Navarro, vivió en Buenos Aires y luego se radico en Ayacucho junto a su esposo, Miguel Sanz y sus dos hijos, Judith y Walter. De profesión peluquera, Titina también incursionó en la venta ambulante de pan casero, facturas, bizcochitos y verduras. Posteriormente, se formó como maestra de reiki, practicando esta disciplina durante 20 años y ofreciendo sesiones de cristal arcoiris y el curso de milagros.
Titina era conocida por su coquetería y amor por mantenerse arreglada. Judith, su hija, relató: “Hace dos meses y medio que estaba en el Hogar de Ancianos. En realidad, estaba acompañada conmigo y nuestra familia pero ella extrañaba estar rodeada de muchas personas. En el hogar tenía muchas actividades y compañía, lo cual le encantaba. La trataron con mucho amor, la cuidaban y le hacían todos los gustos. La semana pasada, incluso, fueron las chicas de Bus Peluquería, la pintaron, la peinaron y desfilaron. Estaba feliz, hacía yoga, ejercicios, iba a la plaza a caminar, participaba en talleres de memoria y en la escuelita e incluso estaba informada porque le leían el diario local. Ella estaba muy activa y se involucraba en todo lo que le gustaba”.
Judith expresó su agradecimiento a todas las personas que enviaron mensajes de cariño: “Quiero agradecer a todos los que mandaron un montón de mensajes hermosos. Todo el mundo la amaba. Eso llena de corazón, gracias“.
Titina falleció inesperadamente a causa de un infarto, sin haber sufrido ninguna enfermedad previa. Su legado de amor y paz perdurará en la memoria de todos los que tuvieron la suerte de conocerla.