El pasado domingo se registraron serios incidentes de violencia durante un partido entre Club Atlético Juarense y Defensores de Ayacucho, en la cancha ubicada en avenida Bavio. Los hechos involucraron a simpatizantes locales y visitantes, lo que obligó a la intervención de fuerzas policiales para controlar la situación.
Miriam Perea, presidenta del Club Defensores, brindó detalles a Radio Ayacucho. Según Perea, los disturbios comenzaron al inicio del partido de primera división, cuando parte de la hinchada de Juarense se ubicó detrás del banco de suplentes de Defensores. Desde ese momento, los jugadores y cuerpo técnico del equipo visitante fueron víctimas de constantes agresiones, incluyendo escupitajos, lanzamiento de objetos y golpes al banco de suplentes.
El árbitro del encuentro, debido a la gravedad de los incidentes, solicitó a los hinchas locales que se retiraran de esa zona, pero apenas se movieron unos metros antes de regresar a sus posiciones. Se colocó un efectivo policial cerca del banco visitante, aunque la situación de tensión persistió.
El momento más crítico ocurrió cuando el equipo local empató el partido, lo cual desencadenó un aumento de la violencia. Según Perea, incluso algunos jugadores de reserva de Juarense participaron en los disturbios. Un hombre llegó a sacar un cuchillo, lo que generó una situación de caos y temor. Los jugadores de Defensores tuvieron que levantarse del banco y acercarse al campo para evitar las agresiones.
Ante esta situación, un grupo de hinchas de Defensores, que se encontraban más cerca, decidió intervenir para defender a los jugadores, ya que los efectivos policiales no lograban controlar la situación. En este contexto, uno de los simpatizantes locales mostró un cuchillo, lo cual incrementó el desorden.
Perea manifestó que estos actos de violencia afectan negativamente al fútbol y desmotivan a las familias a asistir a los partidos. “Nos preguntamos cómo hacer para que las familias vuelvan a la cancha, pero con estas situaciones es imposible”, comentó.
La presidenta del club también recordó incidentes previos con el equipo de Juarense, como la necesidad de retirar combis con jugadores infantiles bajo custodia policial tras un partido el año pasado, debido a amenazas y agresiones.
Tras los incidentes del domingo, se realizó una reunión entre dirigentes, autoridades policiales y representantes de la Liga, donde se decidió reubicar a ambas hinchadas para continuar el partido. Según Perea, el problema no se originó por provocaciones de la hinchada de Defensores, sino por el comportamiento violento de los simpatizantes de Juarense.
Perea subrayó la importancia de repudiar la violencia y destacó que el club trabaja arduamente para fomentar la participación familiar en los partidos. Sin embargo, la violencia recurrente dificulta este objetivo y afecta la imagen del deporte en general. “Queremos inculcar valores y rechazar todo tipo de violencia, pero incidentes como este hacen que las familias se alejen de la cancha“, concluyó.
El Club Defensores presentó la denuncia correspondiente ante la Liga organizadora del torneo, solicitando garantías para la seguridad de sus jugadores y del público asistente en futuros encuentros.