Publicamos una carta enviada por María Laura Muñoz a nuestras redes sociales:
No todo esta perdido…
y no me refiero a mi celular, que sí, otra vez lo perdí, sino a los valores de nuestra gente. En este caso de una jóven, que sin saberlo ella conozco desde la cuna, dado que nació el mismo día que mi hijo más chico. El sábado saliendo para el campo paramos a comprar los irresistibles alfajores de la Panadería Lamarque y al bajar olvide que en mi falda tenía el celular, se cayó a la calle; compramos y nos fuimos sin verlo. Antes de pasar la segunda vía rumbo a Fair me di cuenta no lo tenía, buscamos y nada. Mi hermana llama y para nuestra sorpresa atiende alguien, Beree Oliferuck , la jóven de esta historia. Enseguida le dice que acaba de encontrarlo y justo sonó. Le pedimos si podía dejarlo en la panadería dado que tardaríamos un rato en volver y respondió rápidamente que si. Volvimos y …ahi estaba. La dueña de la panadería lo primero que me dijo fue “tuviste suerte… no todos lo devuelven” Si, seguramente tuve la suerte de que lo encontrara Bere… la suerte de que a Bere le hayan enseñado que lo que no es tuyo se devuelve…la suerte de no haberlo pisado con la camioneta. Pero prefiero decir, que no está todo perdido, sobre todo en la juventud, esta juventud que se ha criado con nuestros errores, en esta sociedad que muchas veces es injusta con ellos. Prefiero apostar a todes las Beres del mundo, para vivir en un mundo mejor. Gracias, mil veces gracias Beree Oliferuck, por ser como sos. Abrazote.