Tras la polémica que se desató luego de los contagios ocurridos en el Hogar de Ancianos Municipal “San Francisco Javier“, muchos trabajadores que dieron negativo para la enfermedad redoblaron sus horas para continuar trabajando y cubrir cargos, horas y momentos que sus compañeros tuvieron que dejar tras ser diagnosticados con la enfermedad.

La realidad es dura, muchos abuelos contagiados y mucho personal, desde seguridad hasta mucamas, camilleros, enfermeros, cocina, sector lavadero y todos lo que hacen posible que el lugar pueda funcionar.

Muchos trabajadores de salud que prestar servicio en el Hospital vieron un hogar colapsado, con tareas durante todo el día. Agregaron horas, muchos lo hicieron para “no abandonar a los abuelos y por amor a ellos” cuentan desde el interior de la residencia.

Hay 6 mucamas haciendo doble turno, más de 14 horas de trabajo. Las prendas son lavadas en otro lugar.

“Nosotras lo hacemos ante todo por los abuelos, no podíamos dejarlos sin atención. Jamás dudamos en dejar de trabajar por ellos. Gracias a ellos tenemos este trabajo” contó una trabajadora que pidió el anonimato por miedo a sufrir represalias.

Cabe mencionar que muchas de ellas son subsidiadas, cobrando un sueldo mínimo y bajo el índice de inflación, de igual manera no bajaron los brazos.

En el mismo hogar hay abuelos con oxigenoterapia, recuperándose pero “estables” indicaron.