Un joven de 16 años llamado Luciano Olivera que vivía en la localidad de Miramar, murió en las últimas horas tras recibir un balazo en el pecho por parte e un agente de la Policía bonaerense que realizaba un control vehicular.

El crimen es investigado y podría configurarse como un caso de gatillo fácil. La fiscalía interviniente ordenó la detención del efectivo que, en sus primeros testimonios, admitió que se trató de “un accidente”. La familia fue hasta el lugar donde ocurrió el hecho y fue reprimida.

Según los primeros relatos, Luciano transitaba en una moto Yamaha YBR 125 por la avenida 9 cuando policías que tenían a cargo un retén lo persiguieron y uno de ellos le disparó. Aún no está claro si lo hizo por la espalda o si se adelantó y le dio en el pecho.

El joven cayó sobre la avenida, entre las calles 32 y 34, ya herido por el efectivo. Cuando llegó la ambulancia, Luciano ya había fallecido.

Quien disparó está identificado como Maximiliano González. Según él mismo afirmó, el disparo se le escapó: la bala impacta en el tórax de la víctima.

Según el portal Infobrisas, la Policía Bonaerense respondió a la protesta de los amigos y familiares con balas de goma. Un efectivo resultó herido, también fue lesionado un periodista que cubría el episodio.