La reciente falta de gas en estaciones de GNC ha puesto de manifiesto un problema histórico en Argentina: la escasez de energía. El gasoducto Néstor Kirchner, inaugurado con la promesa de resolver esta problemática, no está cumpliendo con las expectativas. CAMMESA se ha visto obligada a adquirir combustible líquido de manera urgente, lo que ha generado interrogantes sobre la situación actual.

La Cámara de Expendedores de GNC explicó que el problema radica en el transporte de gas. Los gasoductos antiguos no tienen suficiente capacidad para abastecer a Buenos Aires, situación agravada por el aumento temprano de la demanda de calefacción debido a las bajas temperaturas.

Según datos de ENARSA, el gasoducto Néstor Kirchner transporta actualmente 11 millones de metros cúbicos de gas por día. No obstante, se había proyectado que tendría el triple de capacidad, lo que sería suficiente para satisfacer la demanda.

La pregunta es por qué el gasoducto opera a un cuarto de su capacidad. Nicolás Posse, jefe de Gabinete de la Nación, explicó en un informe ante el Senado que la provisión de gas desde Bolivia para el NOA está asegurada hasta julio mediante un contrato con Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos.

Además, se consultó sobre el segundo tramo del gasoducto Néstor Kirchner, que conectará Salliqueló con Santa Fe, y sobre las plantas compresoras necesarias para aumentar la capacidad. Posse informó que una planta se inaugurará el 29 de junio y la otra el 11 de agosto.

Originalmente, las plantas debían estar operativas en septiembre del año pasado, pero las elecciones y el cambio de gobierno provocaron retrasos. Ahora, ante la insuficiente infraestructura y el inesperado aumento de la demanda, el gobierno libertario deberá gastar aproximadamente 500 millones de dólares en la compra de doce cargamentos de gasoil y fueloil.