En el año 2004, un momento trascendental marcó el inicio de un proyecto importante para Bomberos Voluntarios de Ayacucho. La idea de crear una escuela de cadetes surgió como resultado de la inquietud de algunos miembros de la reserva activa, quienes observaron la presencia de brigadas infantiles en otros cuerpos de bomberos. Decidieron llevar adelante esta iniciativa para formar a jóvenes desde una edad en la que pudieran comprometerse plenamente con la labor bomberil.
Las reuniones provinciales y zonales fueron el escenario donde se discutió esta propuesta con entusiasmo. Tras lograr el consenso de la Jefatura y del Consejo Directivo, se fijó la edad de ingreso a la escuela de cadetes a partir de los 14 años. Con este enfoque, en mayo de 2004, se abrieron las inscripciones y cerca de 60 jóvenes manifestaron su interés por formar parte de esta noble causa.
Sin embargo, el objetivo no era simplemente aumentar el número de cadetes, sino asegurar que los participantes estuvieran verdaderamente comprometidos. Tras rigurosos requerimientos y entrevistas con los padres, la cantidad de cadetes se redujo a 20, pero esta selección cuidadosa garantizó que aquellos que continuaron en el programa lo hicieran con auténtico compromiso.
Las clases se impartían los sábados de 14 a 17 horas, y la formación era tanto teórica como práctica. Los instructores, que inicialmente participaban como asesores, pronto asumieron un rol activo, acompañando a los cadetes en las reuniones provinciales y nacionales.
La escuela de cadetes no solo se limitó al ámbito bomberil, sino que buscó estrechar lazos con otras instituciones locales como los Scouts y Caritas. Siempre estaban dispuestos a servir a la comunidad en momentos de necesidad.
Uno de los momentos más destacados para la escuela de cadetes fue cuando Juan Antonio Tomaso recibió la noticia que era representante de la escuela. Esta noticia fue recibida con emoción y sorpresa por parte de Juan Antonio, quien no dudó en asumir con orgullo y responsabilidad esa importante posición.
La escuela de cadetes “Juan Tomaso” sigue adelante, forjando el futuro de los bomberos voluntarios de Ayacucho. En su compromiso con la comunidad, continúan formando jóvenes dispuestos a servir y proteger, manteniendo viva la noble tradición de los bomberos voluntarios.