Hoy se celebra el Día del Amigo en Argentina, una festividad que surgió hace 54 años gracias a la iniciativa de un apasionado argentino: Enrique Ernesto Febbraro. Odontólogo, profesor de filosofía e historia, músico y miembro del Rotary Club, Febbraro dejó un legado imborrable al proponer, por primera vez, la conmemoración de la amistad en el país el 20 de julio de 1969, fecha histórica en la que el hombre pisó la Luna.
Aquella noche trascendental, mientras el astronauta estadounidense Neil Armstrong daba sus primeros pasos en suelo lunar, Febbraro sintió que ese acontecimiento iba más allá de una hazaña espacial. Para él, el alunizaje representaba un gesto de amistad de la humanidad hacia el universo, y simultáneamente, lo inspiró a buscar una forma de promover la amistad entre las personas.
Desde su hogar en Lomas de Zamora, Febbraro escribió mil cartas a 100 países diferentes, expresando su idea de instaurar el Día del Amigo y extendiendo una invitación para celebrar la amistad cada 20 de julio. En sus palabras, afirmó que un pueblo de amigos sería una nación imbatible.
“Viví el alunizaje del módulo como un gesto de amistad de la humanidad hacia el universo y al mismo tiempo me dije que un pueblo de amigos sería una nación imbatible. ¡Ya está, el 20 de julio es el día elegido!“, explicó Febbraro a sus destinatarios.
El entusiasmo de su propuesta se vio respaldado por 700 respuestas afirmativas de diversas partes del mundo, dotando a esta conmemoración de un carácter verdaderamente global. La idea trascendió las diferencias culturales y se convirtió en un símbolo de unión entre personas, independientemente de sus orígenes y nacionalidades.
Con el paso del tiempo, la celebración se oficializó en Buenos Aires, expandiéndose rápidamente por toda Argentina y, finalmente, llegando a muchos países del continente. El Día del Amigo se convirtió en una fecha para expresar gratitud y cariño hacia aquellos que consideramos amigos, fortaleciendo lazos y forjando conexiones significativas.