La derogación del decreto firmado por Mauricio Macri en enero de 2017, por el cual se endurecían los controles migratorios para impedir el ingreso al país de extranjeros vinculados al delito y se agilizaban los trámites de expulsión de los que tenían antecedentes penales, generó una fuerte polémica.
El ministro de seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, se expresó al respecto: “No comparto el decreto de Fernández, el extranjero que delinque debe ser expulsado”.
Y continuó: “Nuestra Constitución Nacional no sólo tolera, sino que promueve y alienta la inmigración extranjera. Esa ha sido la tradición histórica que nos ha convertido en un verdadero crisol de razas. Somos una sociedad tolerante, democrática, plural, diversa en términos étnicos y religiosos, amigable con el extranjero”.
Tras una breve introducción, afirmó: “No entiendo los fallos judiciales que consideran discriminatoria la cláusula de no tener antecedentes penales para entrar al país, y que consecuentemente se modifique la legislación invocando dicha jurisprudencia. Aquí no se trata de estigmatizar al extranjero. Se trata de exigir algo mínimo, algo básico: que las personas que quieran asentarse en nuestro país no hayan delinquido”.
Por último, aclaró: “No quiero enredarme en debates absurdos. Este debate nada tiene que ver con construir muros, abandonar balseros en altamar o negar protección médica a grupos migrantes. Ese es el drama de otras regiones del planeta”.