Desde la ciudad de Tandil, María Emilia Fernández fue brutalmente golpeada por su ex pareja. La joven contó su caso en las redes y realizó la denuncia policial contra Máximo Nicolás Sequeira, con quien salió apenas unos meses.
“Todavía estoy en shock. Estoy temblorosa y con miedo, es una situación que nunca me imaginé que podía pasar“, contó en Radio Tandil.
“Estuve muy poco de novia. Lo conocí hace 6 meses. Me empezaron a hacer ruido algunas actitudes de control hacia mí, hacia mi vida privada. Se ofendía si no le gustaba lo que me ponía, aunque nunca fue agresivo físicamente, era muy agresivo verbalmente. Me decía cosas muy hirientes en discusiones“, narró.
“Si me iba a lo de mi hermana o a lo de una amiga, se enojaba. Por eso tomé la decisión de irme. Cuando me ponía a juntar mis cosas, que para mi era un momento triste, como cualquier final, él se largaba a llorar y me rogaba que me quedara. Decía que me amaba, que no lo deje solo y que iba a cambiar sus actitudes. A mi me daba culpa y me terminaba quedando y posponía irme“, aseguró.
La semana antes del desenlace brutal la relación fue “una lucha“.
“Yo ya había embalado casi todo y estaba determinada a irme; ya había hablado con mi familia y amigos. Quería irme en paz y que él estuviera bien, que no se desmorone, no me gusta terminar mal con nadie. Todo comenzó por una llave de la que no teníamos copia y la dejábamos escondida para el otro. De repente él se empieza a sacar de una forma que yo nunca había visto y que no concordaba con la situación. Empezó a golpear las paredes y gritaba que no me podía pegar porque era mujer. Yo lo quería calmar, le decía: ‘Calmate, no es para tanto. Te voy a dejar la llave acá, yo voy a llegar antes, no me quiero quedar afuera por favor, tengo todas mis cosas’. Ahí me empujó contra el placard. Yo intenté escaparme por arriba de la cama, se me tiró encima, y empezó a forzarme los brazos. Me decía que me los iba a quebrar, me retorcía las muñecas. Logré sacármelo de encima a las patadas y llegar a la cocina. En ese momento sentía tanto miedo que vi una botella de vino en la mesa y pensé en partírsela en la cabeza, pero se me cruzó la idea que si lo dejaba vivo me mataba. Cuando me di vuelta, estaba al lado mío, se pegaba en el pecho y me decía que le pegue. Que él era el más macho, que le pegue. Empezó a patearme y a pegarme para sacarme de la casa, yo solo quería agarrar mi teléfono“, confesó.
María Emilia tuvo comentarios a sus posteos. La realidad no suele ser tan simple como cuando se la ve desde el otro lado de una pantalla.
“Muchas personas me cuestionan por qué no me fui cuando él me quería sacar. Yo quiero aclarar que no me fui porque estaba en su barrio, son todos conocidos suyos. Ahí vive la mayoría de sus familiares. Es una zona que yo no conozco y en ese momento de shock y de tanto miedo yo lo único que quería era llegar a alguien conocido, y para eso necesitaba mi teléfono“, contó.
“Yo me tiré al piso y él me empezó a ahorcar. Yo le suplicaba porque pensé que me iba a matar. Me desperté dada vuelta. Y cuando levanto la vista, veo que él estaba afuera, junto al auto. Creo que él pensó que me había matado y estaba ahí afuera preparándose o algo. En ese momento corrí, agarré la llave y cerré la puerta para que no pudiera entrar. Como pude llamé a la policía“.
“Primero llegaron los padres de Nicolás. Él los llamó y les dijo que yo lo había dejado afuera de la casa y que estaba loca. Yo les abrí la puerta desconsolada y lo más doloroso fue cuando el papá de Nicolás, Alberto Sequeira, me hizo a un lado con el brazo, aún viendo el estado en el que yo estaba. Más tarde les dijo a todas las personas que estaban ahí que yo me había golpeado sola y que era una mentirosa“, denunció.
“Al toque llegó la policía -dos patrulleros-, y detrás llegaron mi mamá y mis hermanas. Los oficiales eran tres mujeres y un hombre que se quedó tomándole los datos a mi agresor. Las policías y mis hermanas me abrazaron y me ayudaron a sacar las pertenencias que pudimos llevar en ese momento. Me ayudaron a calmarme. La verdad se portaron muy bien y me acompañaron un montón“, añadió.
Hizo la denuncia en la Comisaría de la Mujer y pidió la restricción y el botón antipánico.
“A quienes me escuchan, quiero decirles que eso no es una faranduleada. No es una mentira. Fue una situación que yo vi desde afuera, pero cuando te sucede es indescriptible. Siento miedo, siento asco de mi misma por haber estado con alguien así.
Quiero hablarles a las mujeres que pueden estar en mi lugar: que estén atentas a las señales, porque yo no lo estuve; me quedé. Tuve que pasar por una situación de violencia que no sé como superar y es sumamente doloroso, no lo tendría que vivir nadie. Nunca se queden con alguien que da estos indicios”, recomendó. Radio Tandil.