La ciudad de La Plata se encuentra sumida en una nueva batalla contra los estragos de la naturaleza. Con un aguacero implacable que ha perdurado por más de diez horas, el cielo ha descargado una precipitación de 130 milímetros sobre la región, marcando un dramático regreso de las lluvias torrenciales tras medio año de sequía. Como si recordara dolorosamente los horrores de una década atrás, la capital bonaerense enfrenta un escenario desolador, con calles convertidas en ríos y hogares inundados.
En un notable eco del trágico episodio del 2 de abril de 2013, cuando las aguas arrasaron con la ciudad, las imágenes de hoy revelan una imagen impactante: casas sumergidas bajo medio metro de agua, vecinos buscando refugio en los puntos más elevados y calles transformadas en canales caudalosos. El corazón de Los Hornos, hogar de más de 100 mil residentes, sufre las consecuencias más graves, con evacuados y arterias intransitables. En medio del caos, las voces de preocupación no solo se centran en la inundación, sino también en el temor a los saqueos, recordando heridas aún abiertas de una década atrás.
Villa Elisa, La Plata.
El pasado reciente de sequía agravó la situación, haciendo de esta tormenta un duro golpe a la ya frágil infraestructura de la región. Con más de cinco meses transcurridos desde la última vez que la lluvia superó los 20 milímetros en un día, la tierra reseca no pudo absorber el aguacero repentino y abrumador. Los sectores más afectados, como Olmos, Melchor Romero, Los Hornos y Etcheverry, vieron caer más de 130 milímetros en apenas diez horas, una cantidad descomunal que supera lo que la región había experimentado en mucho tiempo.
La respuesta de las autoridades no se hizo esperar. La Municipalidad de La Plata implementó un plan de contingencia en horas de la mañana, buscando mitigar los daños y brindar ayuda a quienes más lo necesitan. Las imágenes de calles inundadas comenzaron a provenir también del centro de la ciudad, y la vecina localidad de Berisso no escapó a la ira del temporal, enfrentando graves complicaciones debido al exceso de agua. Aunque el número de afectados por la inundación aún no se ha cuantificado, el espíritu de solidaridad y colaboración se alza como una característica distintiva de los argentinos en tiempos de adversidad.
El intendente de La Plata, Julio Garro, utilizó las redes sociales para transmitir su compromiso con la comunidad en medio de la crisis. “Desde esta madrugada estamos trabajando con nuestros equipos en los barrios afectados”, comunicó, agregando que la ciudad mantiene su nivel de alerta amarilla debido a la persistencia de chaparrones y tormentas intermitentes.
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