Una pareja argentina está llevando a cabo una aventura única: recorrer más de 2.000 kilómetros en bicicleta, desde el interior de Argentina hasta Campinas, en São Paulo, Brasil. Jeremías Atucha, de 34 años, y Stefania Casaux, de 30, partieron el 1° de octubre desde Rauch y Ayacucho, en Buenos Aires, con la intención de visitar a un amigo argentino que reside en la ciudad paulista. A lo largo de su travesía, que incluye paradas en Uruguay y varias ciudades brasileñas, han recorrido ya 1.000 kilómetros y les faltan otros 1.500 para llegar a su destino final.
Su viaje comenzó con una idea de Jeremías, que había estado planeando la travesía durante un mes. La pareja, que no tenía experiencia previa en viajes en bicicleta, ha aprendido sobre la marcha, ajustando su ritmo y haciendo paradas en pequeños pueblos para descansar y reabastecerse. Recorrían aproximadamente 70 kilómetros al día, con paradas frecuentes para comer, descansar y socializar con los habitantes de los lugares por los que pasaban.
En su paso por Alegrete, Brasil, fueron recibidos por Vanderlei Ribeiro Soares, quien les ofreció hospitalidad. La pareja destaca la calidez de las personas en cada lugar, desde Argentina hasta Brasil, donde han experimentado gestos de generosidad, como recibir comida, agua e incluso alojamiento en casas de extraños, como ocurrió en una ciudad brasileña donde una señora los acogió sin conocerlos.
Jeremías y Stefania se sienten sorprendidos por el apoyo que reciben de la gente, especialmente porque al principio pensaron que podría ser más difícil encontrar ayuda. Sin embargo, a pesar de algunos contratiempos, como problemas con las rodillas de Stefania, se sienten motivados a seguir adelante, adaptándose al ritmo del viaje. Este tipo de viaje les ha permitido vivir una experiencia mucho más cercana a la realidad de cada lugar, a diferencia de los viajes rápidos en autobús o avión.
Aunque el viaje es físicamente demandante, los viajeros aseguran que la recompensa está en la oportunidad de conocer comunidades, paisajes y a otras personas. También mencionan cómo el tiempo de viaje se adapta a sus necesidades y el disfrute de cada jornada, sin la presión de una fecha de llegada fija. Actualmente, no cuentan con un blog oficial, pero comparten su experiencia en redes sociales, principalmente en Instagram.
En cuanto a la parte económica, la pareja comenzó con algunos ahorros, pero también se ha sustentado con trabajos temporales como malabares en las calles, lo que les ha permitido continuar sin preocupaciones financieras inmediatas.