El pasado domingo por la noche, una joven de Ayacucho fue víctima de un accidente en el cruce de las calles Sarmiento y Avenida Solanet, cuando una de las motocicletas que formaba parte de una caravana la embistió. Este hecho volvió a poner en el centro del debate las peligrosas caravanas de motos que suelen realizarse en las calles de la ciudad, generando temor y malestar entre los vecinos.

La madre de la joven, Valeria Melgarejo, compartió los detalles del incidente y su indignación en el programa Nueva Ciudad por Radio Ayacucho. Según explicó, su hija circulaba en su moto a baja velocidad y con precaución, como acostumbra hacerlo. Sin embargo, al escuchar el ruido de varias motos acercándose a gran velocidad y al notar que el semáforo estaba en rojo, intentó apartarse para evitar ser atropellada. A pesar de sus esfuerzos, uno de los motociclistas la embistió, ocasionándole hematomas en su pierna y mano, además de daños materiales en su moto.

“Por suerte el golpe no fue grave, pero mi hija terminó muy golpeada, y la moto, que ella cuida más que su propia vida, quedó dañada. Siempre tratamos de que cumpla con las leyes, que tenga carnet, casco y que sea responsable, pero parece que a nadie le importa si alguien hace las cosas bien”, expresó Valeria con evidente frustración.

La problemática de las caravanas de motos

Las caravanas de motos son un fenómeno que viene creciendo en Ayacucho, especialmente los fines de semana. Grupos de jóvenes se reúnen para recorrer las calles en motos sin respetar normas de tránsito, sin casco, sin documentación y en muchos casos sin seguro. Estas actividades generan ruido ensordecedor y representan un gran peligro para peatones, conductores y los propios motociclistas.

Valeria resaltó que la falta de control y sanciones adecuadas agrava la situación. “Estos chicos no tienen papeles ni seguro. Si algo les pasa, los que terminamos pagando las consecuencias somos nosotros, la gente que hace las cosas bien”, señaló. La impotencia crece al no obtener respuestas efectivas por parte de las autoridades. Según su testimonio, desde el área de Tránsito le explicaron que “no tienen herramientas para actuar porque las denuncias se derivan a otras ciudades como Dolores y tienen mucho trabajo con las motos que vienen de Mar del Plata”.

“Es como si no pudieran hacer nada, pero mientras tanto, los vecinos estamos expuestos y mi hija pudo haber tenido un accidente mucho peor”, manifestó con preocupación.

Un llamado a la acción

El incidente también reavivó el debate sobre el impacto de estas caravanas en la vida cotidiana de los vecinos. Valeria señaló que muchos ciudadanos ya han dejado de salir los domingos por miedo a cruzarse con estas motos. Además, subrayó que el ruido constante afecta el descanso de personas mayores, niños y quienes tienen problemas de salud. “Esto no es solo un problema de tránsito, afecta nuestra calidad de vida. Hay chicos que dicen que lo hacen por adrenalina, pero no se dan cuenta del daño que generan”, afirmó.

En este contexto, Valeria llamó a la comunidad a unirse para exigir soluciones concretas y planteó la necesidad de implementar medidas efectivas, como campañas de concientización, mayor presencia policial en las calles durante los fines de semana e instalación de cámaras de seguridad para identificar a los infractores.

“No se trata de quedarnos quejándonos, se trata de protegernos como comunidad. Queremos vivir en una ciudad tranquila y segura, donde nuestras familias puedan andar sin miedo”, concluyó.