En un recorrido lleno de historias auténticas y emocionantes, el equipo del programa online “País Turismo” nos ha llevado a Udaquiola, un pequeño rincón en el partido de Ayacucho, a través de un video documental que captura la esencia y la pasión de este pintoresco pueblo.

En la caminata guiada por “Tato“, el delegado municipal, descubrieron las joyas ocultas de Udaquiola. Desde el aserradero hasta el Cuartel de Bomberos Voluntarios, cada rincón cuenta una historia única. Marisa, conocida cariñosamente como la “panadera” o la “bombera”, comparte cómo llegaron a este lugar especial. A pocos kilómetros, el Paraje Langueyú nos presenta un típico Almacén de Ramos Generales, donde las tradiciones y la historia se entrelazan.

Tato, con una mezcla de nostalgia y orgullo, relata la evolución del club local. En sus palabras, el club no solo era un lugar de encuentro, sino un testigo de las transformaciones a lo largo del tiempo. Desde los días en que la capacidad para 300 personas quedó corta, hasta convertirse en un punto de encuentro familiar con canchas de pádel, bochas y fútbol, el club ha sido un vínculo crucial para la comunidad de Udaquiola.

Alejandra Caveda, propietaria del aserradero, comparte con Pasís Turismo la historia de perseverancia de su familia. Desde los inicios en un ramo general hasta la apertura del aserradero en 1976, la familia Caveda ha sido parte fundamental de la historia de Udaquiola. A pesar de los desafíos, la actividad del aserradero continúa, siendo un testimonio de la resiliencia y el amor por el lugar.

La voz de Melisa Díaz, bombera de Udaquiola, resuena con determinación y entrega. En un relato conmovedor, Melisa revela cómo, motivada por la pasión de su esposo, se unió al cuerpo de bomberos voluntarios. Su historia refleja no solo el valor en la lucha contra emergencias, sino también la importancia de la solidaridad comunitaria, especialmente durante estos tiempos desafiantes de pandemia.

El documental de “País Turismo” no solo captura la belleza de los paisajes y la riqueza cultural de Udaquiola, sino que también resalta la fuerza y el corazón de su gente. En cada relato, se revela una conexión profunda con la tierra y entre los habitantes, mostrando que la verdadera riqueza de este pueblo va más allá de sus colinas y campos. Udaquiola es un ejemplo vivo de cómo la historia, la tradición y la comunidad convergen para formar un tejido indestructible que perdura a través del tiempo.