las mejores pantallas del 2025, categoría por categoría

En 2025, la competencia tecnológica se jugó en la superficie: ya no pesó solo la velocidad de los chips, sino la fidelidad de cada pixel en uso cotidiano. Laboratorios y medios de referencia armaron un “torneo de pantallas” para el que examinaron móviles, relojes, tabletas y TVs hasta dejar dos finalistas por categoría. Aquí, los ganadores de cada rubro y los motivos técnicos que los sostienen.

Entre los criterios de selección primaron el brillo extremo, la fidelidad cromática, la fluidez en movimiento y la eficiencia energética. Estos productos, faro en cada rubro, marcan el norte de la industria: algunos eligen paneles más luminosos, otros negros más profundos y varios suman modos de lectura amables. En todos, la excelencia visual llega sin concesiones, con precios de gama alta.

El ring deja duelos de alto voltaje y finalistas definidos tras pruebas en un torneo de pantallas. En móviles, Galaxy S25 Ultra se mide con iPhone 17 Pro Max. Por la muñeca, Huawei Watch GT 6 Pro compite con Amazfit T-Rex 3 Pro. En el living, Samsung Neo QLED QN70F disputa el trono con TCL C6K QD-MiniLED, ambos de 55″. En tabletas, iPad Air con chip M3 enfrenta a Galaxy Tab S10.

Estos cruces nacieron de pruebas exhaustivas y de los rankings de sitios especializados como DisplayMate, AnTuTu, DXOMARK y RTINGS, que midieron brillo máximo, fidelidad cromática, fluidez en escenas rápidas, eficiencia energética y pulido del sistema. Con esos puntajes se ordenó el cuadro final y se definió la elite 2025 de pantallas, donde cada décima de calidad contó.

Samsung Galaxy S25 Ultra y iPhone 17 Pro Max son dos colosos móviles: íconos aspiracionales, omnipresentes en toda lista de clasificación y vara de medida. Amados y discutidos por igual, con fanáticos fervorosos y detractores ruidosos, sus saltos en IA y hardware no siguen modas: las dictan y cada estreno obliga a la industria a imitar, acelerar y redefinir qué es un flagship global de lujo.

El iPhone 17 Pro Max tomó ventaja leve en rendimiento e IA: el chip A19 Pro sostuvo potencia estable sin caídas por calor y el Neural Engine impulsó Apple Intelligence con resúmenes, edición y búsquedas locales. Benchmarks de Nanoreview y Appleismo lo dejaron apenas arriba en CPU, GPU, eficiencia térmica y consistencia prolongada, con diferencias de un dígito.

El Galaxy S25 Ultra respondió con una ventaja acotada en cámaras y construcción. El sensor principal de 200 MP, el ultra gran angular de 50 MP y el periscopio 5x ofrecieron más juego creativo que el tele 4x/8x del rival, sobre todo en luz mixta. El chasis de titanio sumó firmeza, con Gorilla Armor 2 antirreflejo al frente, Victus 2 atrás e IP68, concebido para resistir.

Con el marcador casi empatado, Samsung Galaxy S25 Ultra inclinó la balanza a su favor por su óptica más flexible y materiales más duros, aunque por margen mínimo. Reviews de TechRadar, Wired y Xataka destacaron mejor zoom real, macro más nítida y panel menos reflejante, además de caídas toleradas por Armor 2. iPhone 17 Pro Max brilló en IA y fluidez diaria, pero cedió en captura y resistencia.

Huawei Watch GT 6 Pro y Amazfit T-Rex 3 Pro deslumbran en la cima de los wearable: con hasta 20 días de autonomía real, pantallas OLED intensas, sensores a pleno y cuerpos blindados, dejaron atrás a pesos pesados como Garmin o Apple Watch. Y lo hicieron con estilo, gracias a una compatibilidad amplia que los hace brillar igual con Android o iPhone, sin ataduras ni funciones restringuidas.

La caja del Huawei (46 mm) combina titanio de grado aeroespacial y cristal de zafiro, un binomio que resiste caídas y arañazos. Con detección de estados de ánimo, análisis de salud y seguimiento cardiovascular continuo. La app Salud se mantiene como referencia: recolecta datos con precisión y los despliega en paneles claros, detallados y visualmente muy atractivos. Autonomía: 21 días.

El Amazfit T-Rex 3 Pro replicó la fórmula robusta con cuerpo de titanio grado 5, cristal de zafiro y certificación militar, un trío que lo hace casi indestructible. La pantalla AMOLED de 48 mm empujó hasta 3.000 nits para lectura a pleno sol. La batería rinde hasta 25 días e incorpora linterna con modos de alta potencia y ahorro, pensada para entrenamiento nocturnos y trekking exigente.

El cierre quedó apretado: Amazfit T-Rex 3 Pro se impuso una conectividad apenas más amplia. Enlazó Bluetooth y Wi-Fi, fijó rutas con GPS multibanda y seis constelaciones y dispuso 32 GB internos para salir sin móvil. Reseñas de TechRadar y TrailRunningReview destacaron esa independencia y la autonomía extra frente a Huawei Watch GT 6 Pro, aunque con diseño más voluminoso.

Samsung Neo QLED y TCL Quantum Mini LED ocuparon el Olimpo del entretenimiento doméstico. Sus altas tasas de refresco, plataformas de streaming maduras, conectividad sin cuello de botella y audio envolvente, hicieron del living una sala premium para juego y cine, lista para la próxima década. No compiten solo por brillo: cada innovación marca el rumbo visual y sonoro que el resto imita.

En la batalla de las 55″, Samsung Neo QLED QN70F usa mini-LED con puntos cuánticos para un contraste parejo y brillo alto sin lavar colores. Su procesador con IA afina detalle en señales viejas. TCL C6K QD-MiniLED propone una receta similar con 144 Hz para deportes y juegos, con picos de luz fuertes. En sombras, Samsung reduce mejor los halos y mantiene la escena más limpia aún de noche.

En el mueble, el QN70F se ve más fino y sobrio, con marco metálico y pantalla que refleja menos; el control SolarCell se carga con luz y evita pilas. El C6K es algo más grueso, pero trae Google TV, sonido ONKYO y un mando clásico cómodo. Ambos suman Wi-Fi y Bluetooth. En Argentina, Samsung cuesta más y TCL otorga un conducto más accesible a la gama alta.

El ganador es Samsung Neo QLED porque entrega la imagen más consistente: el brillo rinde tanto de día como en salas oscuras, el antirreflejo ayuda en ventanales, el escalado con IA limpia fuentes HD y el control de mini-LED evita manchas alrededor de subtítulos. TCL C6K compensa con 144 Hz y mejor precio, pero su uniformidad cae en escenas negras. Por margen corto, Samsung gana la puja.

iPad Air (11″) y Galaxy Tab S10 (10,9″) se consolidaron como las tabletas ejecutivas tope de gama: potencia bruta —Snapdragon 8 y M3— para multitarea intensiva, IA que acelera transcripción y búsqueda, pantallas nítidas y veloces, baterías duraderas con carga rápida y Wi-Fi y accesorios para convertirla en una notebook ultra fina. El mensaje es claro: oficina completa en una lámina.

El iPad Air con chip M3 usa Liquid Retina IPS: colores precisos, buen HDR y brillo amplio para lectura y dibujo, pero contraste moderado en escenas oscuras. Galaxy Tab S10 va por Dynamic AMOLED 2X, con negros profundos y 120 Hz que vuelven más fluido el video y el gaming. En potencia, el M3 queda arriba en tareas creativas; la Tab S10 acompaña con Galaxy AI y gran respuesta táctil.

En mano, iPad Air resulta más liviano y fino, con cuerpo de aluminio. El teclado y el Apple Pencil se compran por separado. La Galaxy Tab S10 también es metálica e incluye S Pen y en varios bundles, teclado. Con USB-C y Wi-Fi empatan, aunque Samsung suma microSD y modo DeX. En Argentina, iPad Air M3 (128 GB) ronda el 1,2 millones y Tab S10, con S Pen está menos de un millón.

El ganador depende del uso, pero por potencia y apps clave se impone iPad Air con chip M3: sostiene edición de video, ilustración y multitarea con holgura, iPadOS ofrece un catálogo creativo difícil de igualar. Galaxy Tab S10 responde con AMOLED 2X, 120 Hz, S Pen incluido, microSD, además de mejor relación precio-accesorios. Para perfiles creativos, Apple queda arriba por unos píxeles.