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Un verdadero milagro: una beba de Tandil fue trasplantada con éxito tras 180 días de espera

Un verdadero milagro: una beba de Tandil fue trasplantada con éxito tras 180 días de espera
Inés Socobehere, una beba de apenas 19 meses oriunda de Tandil, recibió un trasplante de corazón en el Hospital Italiano de la Ciudad de Buenos Aires luego de pasar seis meses internada en emergencia nacional. La operación, que se concretó el viernes 4 de julio, se realizó mediante una técnica compleja de asistolia controlada y representa uno de los pocos casos pediátricos de este tipo en Argentina.
El procedimiento, que duró alrededor de seis horas, fue confirmado un día después por sus padres, Julia Fuentes y Juan Socobehere, a través de un emotivo mensaje en redes sociales. “Su nuevo corazoncito ya está latiendo dentro suyo”, expresaron desde la cuenta @uncorazonparaines, que acompañó toda la campaña para visibilizar la búsqueda del órgano.
La familia relató con emoción el momento del llamado: “A las 18 horas del jueves 3 de julio nos avisaron que Inés estaba en un posible operativo. Al día siguiente, fue llevada a quirófano acompañada por todo el equipo que la cuidó durante este tiempo. Escuchamos esas palabras que nunca vamos a olvidar: ‘El corazón arrancó latiendo hermoso’”.
Actualmente, Inés se encuentra internada en terapia intensiva y su evolución es favorable. “Inés volvió a nacer. Recibió su segunda oportunidad. Y a nosotros, como papás, nos regalaron la posibilidad de verla crecer con su hermano. Nos salvaron la vida a todos”, dijeron sus padres, quienes también destacaron el valor de la familia donante, a la que describieron como “héroes en medio del dolor más profundo”.
El caso volvió a poner en agenda la necesidad de fomentar la donación pediátrica de órganos, una temática sensible que ya había conmovido a la comunidad tandilense en 2022, con el trasplante del pequeño Isidro Gastaldi.
Desde la familia Socobehere se reiteró un mensaje contundente: “Donar salva vidas. Sigamos hablando de donación. Por Inés y por todos los niños y niñas que aún esperan su segunda oportunidad”.
Este caso, cargado de emoción y esperanza, reaviva el compromiso social con la donación de órganos y deja una huella imborrable en la comunidad médica y en la sociedad argentina.