Hace unos días, un camionero compartió en el grupo de Facebook “Camioneros – Accidentología 24 horas” una experiencia que vivió en la Ruta 3, pasando Las Flores en el monte antes de las vías. Encontró a un hombre especial, el dueño de un carrito de sándwiches llamado Carlitos, y lo que sucedió a continuación es simplemente conmovedor.

En un gesto de solidaridad y compasión, el camionero decidió detenerse en el monte para despertar a su compañero alrededor de las 15 horas Fue entonces cuando notó a Carlitos en su carrito, trabajando arduamente. Con pocas monedas en el bolsillo, se aventuró a preguntar el precio de un sándwich. La realidad era que no podía pagarlo, y al explicarle que no tenía efectivo y el carrito no aceptaba transferencias, recibió una respuesta que resonará en su corazón.

Carlitos, con una generosidad que ilumina el alma, le dijo: “Pibe, yo no te voy a dejar sin comer”, y le preparó un sándwich sin dudar. Así, el camionero pudo alimentarse tanto al mediodía como por la noche gracias a la bondad de este humilde vendedor. Aunque intentó rechazar la oferta, Carlitos insistió, diciendo: “No te quedes sin comer. Llévalo y ya vas a pasar a pagarlo”. Como muestra de confianza, el camionero le dejó su número de teléfono.

Al cabo de unos días, el camionero regresó para cumplir su promesa con Carlitos. Al llegar, encontró al hombre cerrando su carrito, y notó que le quedaba un poco de carne. Como gesto de agradecimiento por haberle saldado la deuda, Carlitos no solo aceptó el pago, sino que también le preparó otro sándwich adicional y se lo regaló. Esta historia extraordinaria resalta la vital importancia de la empatía y la solidaridad en estos tiempos difíciles.

Carlitos compartió con el camionero su experiencia, revelando que confía en muchos como él, y lamentablemente, algunos pasan de largo sin reconocer su esfuerzo. Es un recordatorio de que todos merecemos respeto y consideración, especialmente aquellos que trabajan incansablemente para ganarse la vida.