En un día marcado por la nostalgia y el recuerdo, el 5 de marzo vuelve a resonar el nombre de uno de los íconos más queridos del humor argentino: Alberto Olmedo. Este día conmemora el triste aniversario de su partida hace 36 años.

Nacido el 24 de agosto de 1933 en Rosario, la vida de Olmedo estuvo marcada por la lucha desde temprana edad. Superando dificultades económicas y la pérdida de su padre, encontró en el humor una vía de escape y una herramienta para conectar con la gente. Su talento innato lo llevó a estudiar teatro y a embarcarse en una carrera que lo consagraría como uno de los más grandes cómicos argentinos.

Con una filmografía que abarca décadas y una participación destacada en programas de televisión, Olmedo cautivó al público con su carisma y su estilo único. Es en la década de 1970 cuando su carrera alcanza su punto más alto, especialmente junto a su inseparable compañero de risas, Jorge Porcel. Juntos, crearon un legado inolvidable que marcó un hito en la comedia nacional.

Sin embargo, la vida de Olmedo estuvo marcada por la tragedia, y su muerte repentina en 1988 dejó a una nación entera de luto. En medio de una temporada en Mar del Plata y en pleno éxito con su espectáculo “El Negro no puede“, el cómico se vio envuelto en un trágico incidente que terminó con su vida.

Las circunstancias que rodean su muerte siguen siendo motivo de debate y especulación. Aunque oficialmente se consideró un accidente, la noche en la que Olmedo perdió la vida estuvo marcada por la celebración y la alegría ante la noticia del embarazo de su pareja, Nancy Herrera. Sin embargo, el destino jugó una cruel carta, y lo que comenzó como una noche de júbilo terminó en tragedia en un confuso episodio en un balcón.