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Dos accidentes de magnitud en Ayacucho durante los últimos dos fines de semana
Los accidentes se registraron tras el inicio de las vacaciones de invierno. A estos hechos se suman varias peleas, con heridos de gravedad.

Durante los últimos dos fines de semana, la ciudad fue testigo de dos accidentes de tránsito significativos, poniendo en relieve una preocupante situación del tráfico local. Los incidentes, ocurridos en medio de salidas nocturnas, reuniones entre amigos y fiestas privadas, afortunadamente no resultaron en heridos de gravedad, pero subrayan la necesidad urgente de tomar medidas preventivas para evitar tragedias.
El primer accidente tuvo lugar el sábado 13 de julio, cuando un vehículo colisionó con un patrullero en la intersección de Casa del Valle y 9 de Julio. Según la Policía, el conductor del automóvil se encontraba aparentemente en estado de ebriedad. Los vehículos involucrados fueron retenidos y se iniciaron las investigaciones pertinentes para esclarecer los hechos.
El segundo incidente ocurrió la madrugada del sábado 20 de julio, Día del Amigo. Un joven, aparentemente distraído por su celular, perdió el control de su vehículo e impactó contra una vivienda. Aunque el conductor quedó inconsciente, fue trasladado al hospital donde se confirmó que no presentaba lesiones internas graves y recibió la atención médica necesaria.
Estos accidentes, aunque esporádicos, generan conmoción en la comunidad y evidencian el descontrol del tránsito durante las madrugadas de los fines de semana. Las calles, especialmente los sábados y domingos a primera hora, se convierten en escenarios de potencial peligro debido a la conducción imprudente y la falta de respeto por las normas de tránsito.
La situación se agrava por la escasez de personal policial disponible para cubrir y controlar estas situaciones, como también ocurre con el personal municipal del área de tránsito. La ciudad cuenta con alrededor de 25 policías para responder a cualquier llamado, lo que resulta insuficiente dada la magnitud de las demandas durante las noches de fines de semana. Esta carencia de recursos y efectivos policiales deja en claro la necesidad de una intervención estatal más robusta para reforzar la seguridad vial y prevenir futuros incidentes.