La joven Aimé Castillo, bombera voluntaria de 23 años, sigue desaparecida desde el pasado sábado. Su desaparición ocurrió tras la muerte de su pareja, quien se quitó la vida en Año Nuevo, un hecho que habría marcado profundamente a Aimé, según sus allegados.
Micaela, hermana de Aimé, dialogó con A24, aportando detalles sobre los días previos a la desaparición. Relató que Aimé atravesaba un estado emocional delicado. “Ella estaba muy depresiva. Llegó a tomar tres tabletas de pastillas con vino y se subió al techo del cuartel de bomberos. Sus compañeros lograron bajarla y fue trasladada al hospital, donde le hicieron un lavado de estómago”, explicó.
El impacto emocional se intensificó en Año Nuevo, cuando Aimé recibió la noticia de que su pareja, también bombero y de 47 años, había decidido quitarse la vida. “Él le dejó cartas pidiéndole disculpas. Mi hermana las leyó y quedó muy afectada. Él ya venía luchando con la depresión desde hacía tiempo, tras problemas personales con su exesposa. Mi hermana lo acompañó lo más que pudo, pero él tomó su decisión”, relató Micaela.
La joven admitió que Aimé había manifestado intenciones de quitarse la vida tras la tragedia. “Nos dejó cartas a mí y a él. Decía que no quería vivir más. Nunca habíamos enfrentado algo así en nuestra familia; Aimé siempre fue muy sana, por lo que no sabíamos cómo manejar la situación. Seguimos las indicaciones médicas”, señaló.
En cuanto a la desaparición, Micaela expresó su frustración por la falta de avances en la búsqueda. “No hay cámaras de seguridad funcionando en la zona. Dicen que las encendieron después, pero no hay registros de mi hermana en estaciones como Alejandro Korn o San Vicente”, aseguró.
La familia no sabe con certeza qué ropa llevaba Aimé el día de su desaparición, ya que solo pueden especular con base en lo que falta de sus pertenencias. “Estamos desesperados, buscando cualquier pista. La falta de información nos tiene en vilo”, concluyó Micaela.
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