Alexandr Wang, director de Inteligencia Artificial (IA) en Meta, afirmó hace unos días que la humanidad se encuentra en un “momento Bill Gates” por el auge de la IA.
Según el joven matemático, el tiempo dedicado a mejorar las habilidades personales en torno esta tecnología podría marcar la diferencia en el desarrollo de la economía futura; al igual que el exdirector de Microsoft supo aprovechar a fines del siglo pasado el auge de la computadora personal.
Y dejó un consejo: “Si tienes 13 años, deberías pasar todo el tiempo practicando vibe coding”. Es decir, dedicar miles de horas a experimentar con asistentes y flujos de trabajo de codificación de IA.
No cabe duda de que los avances se suceden rápidamente y la capacidad de adaptación es clave para sobrevivir en un entorno tan cambiante como el actual. Por ello, los jóvenes que están creciendo en este contexto cuenta con cierta ventaja, al poder integrar la IA como una parte indisoluble de su aprendizaje vital.
Qué es el Vibe Coding
Niño prodigio: Alexandr Wang, CEO de Scale AI y director de IA de Meta.
El término, que pertenece al investigador de IA Andrej Karpathy a principios del 2025, describe un flujo de trabajo en el que el rol principal cambia de escribir código línea por línea a guiar a un asistente de IA para generar, definir mejor y depurar una aplicación a través de un proceso más conversacional de programación.
En la práctica, vibe coding se aplica generalmente de dos maneras: una forma “pura” y otra asistida por IA, más responsable.
La primera, en su forma más exploratoria, un usuario podría confiar plenamente en que los resultados de la IA funcionarán como se espera.
La segunda es la aplicación práctica y profesional del concepto. En este modelo, las herramientas de IA actúan como un poderoso colaborador o “programador en pareja”. El usuario guía a la IA, pero luego revisa, prueba y comprende el código que genera, y asume la propiedad total del producto final.
La principal ventaja de este método es hacer la programación más accesible para cualquier persona. Ya será necesario tener experiencia de programación para crear aplicaciones o software, ni siquiera estudiar uno o varios lenguajes, de todo esto se va a encargar la inteligencia artificial.
Además de esto, el vibe coding también debería ser capaz de reducir tiempos en los proyectos mejorando la productividad.
Por otro lado, la desventaja de esta práctica está en la pérdida de conocimientos técnicos, ya que si una empresa contrata a mucha gente que no sabe programar y usa solo la IA para hacerlo, al final no va a poder acometer tareas complejas.
Por eso, Wang pone el foco en los adolescentes de hoy como posible motor de un cambio que no hizo más que dar sus primeras pinceladas.
“Creo que, en cierto modo, es un momento de discontinuidad increíble”, explicó el CEO, en declaraciones para el podcast de tecnología TPBN.
“Si por casualidad pasás 10.000 horas experimentando con las herramientas y descubres cómo usarlas mejor que otros, eso supone una enorme ventaja”.
De esta forma, mientras que los adultos trabajan y se adaptan a los cambios que van surgiendo, los jóvenes aprenden a manejarse con ayuda de las nuevas tecnologías: “Es casi como cuando surgieron las computadoras personales o la informática, en general”.
En su opinión, “las personas que crezcan con estas herramientas tendrán una inmensa ventaja en la economía futura”, tal y como sucedió en su momento con el auge de la computación en los años 90. “Así es como debes vivir tu vida”, afirma el director de IA.
Wang argumenta que esta mentalidad refleja la determinación inicial de grandes fundadores como Bill Gates y Mark Zuckerberg. Todo ello bajo una misma dinámica: “Estar ahí desde el principio, profundizar”, con el fin de que el camino sea más exitoso hacia un futuro que apenas comienza a esbozar todas sus posibilidades.
En lugar de escribir todo el código uno mismo, el usuario debe escribir lo que desea hacer en lenguaje natural (“quiero una app que…”, “agregá un botón que haga X”, etc.).
Una IA generativa (modelo de lenguaje grande, LLM) genera el código base y luego hay un ciclo de refinamiento: probás, ajustás, corregís errores (a veces con ayuda de la IA)
No siempre se revisa línea por línea el código generado (“aceptás prompts”, “aceptás cambios sugeridos”, etc.). Esa parte puede llevar a problemas si el código es usado profesionalmente.
Ventajas: velocidad, accesibilidad (más personas pueden crear algo funcional sin conocer profundamente lenguajes de programación), prototipado rápido.
Desventajas: menor control sobre el código, posibilidad de errores difíciles de detectar, problemas de seguridad, mantenimiento complicado si el proyecto crece.
En la práctica, el vibe coding todavía no figura como una disciplina formal en las universidades o academias, pero sus principios ya se enseñan de manera fragmentada en cursos vinculados con inteligencia artificial, automatización y desarrollo no-code.
Instituciones argentinas como la UTN, Digital House o UCEMA ofrecen programas donde los estudiantes aprenden a trabajar con asistentes de IA, diseñar flujos de trabajo automatizados y generar código mediante lenguaje natural, todas habilidades alineadas con esta nueva tendencia.
Por ahora, las empresas no buscan perfiles que “sepan vibe coding” en sentido literal, pero sí valoran a quienes dominan herramientas de IA aplicadas al desarrollo. Saber combinar conocimientos básicos de programación con el manejo de modelos generativos se está convirtiendo en una ventaja competitiva en el mercado laboral.
En ese sentido, el camino parece claro: quienes hoy experimenten con la inteligencia artificial, aprendan a dialogar con los sistemas y construyan proyectos reales usando estos recursos, estarán mejor posicionados para aprovechar la próxima ola tecnológica que, según Alexandr Wang, podría redefinir la economía digital en los próximos años.