La pulseada ideológica regional entre gobiernos de izquierda y presidencias de centro derecha tendrá este viernes un nuevo round diplomático en el Palacio de la Moneda, que ahora ocupa Sebastián Piñera y hace cincuenta años ocupó Salvador Allende. Los retazos del legado de Hugo Chávez, Evo Morales y Néstor Kirchner, arquitectos de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), se enfrentarán con la posición política de Jair Bolsonaro, Mauricio Macri e Iván Duque, que avalan la creación del Foro para el Progreso de América del Sur (Prosur), un organismo multilateral que pretende defender la integración regional, escapar a los liderazgos hegemónicos y promover la democracia real en el Cono Sur.
“Unasur ya murió, de manera literal, y el Prosur es un foro que servirá para evitar que lleguemos a Venezuela”, dijo Bolsonaro a los periodistas cuando arribó a Santiago de Chile.
El entierro del Unasur y la eventual creación del Prosur es un nuevo capítulo de la disputa ideológica regional a través de la diplomacia multilateral. Cuando Chávez, Morales y el matrimonio Kirchner imponían la agenda de América Latina, el Unasur funcionaba como una entidad costosísima que aceitaba las relaciones con Cuba, Rusia, Irán y China. Chávez con su petróleo financiaba al Unasur, que actuaba como una línea de defensa multilateral y dialéctica frente a los planes de Estados Unidos.
Con la muerte de Chávez, el triunfo de Macri ante Daniel Scioli y la llegada al poder de Piñera en Chile y Bolsonaro en Brasil, un nuevo capítulo geopolítico se inició en Sudamérica. Ya no habría una hegemonía por izquierda, ni tampoco una diplomacia regional que sólo miraba con interés cómo actuaban adversarios globales de la Casa Blanca. El triunfo de Donald Trump sobre Hillary Clinton profundizó esta perspectiva ideológica y la posible creación del Prosur es un reflejo más del cambio de paradigma. Piñera y Duque son los ideólogos del Prosur, y a continuación se sumaron Macri y Mario Abdo Benítez, presidente del Paraguay. Hasta la semana pasada, Brasil tuvo una posición equidistante, que se movió hacia el aval del Prosur después de la visita que protagonizó Bolsonaro a Washington. Trump recibió con honores al presidente brasileño y ya no hay dudas sobre la alianza estratégica entre DC y Brasilia.
A la negociación para crear el Prosur, Chile cursó invitaciones a la Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú Surinam y Uruguay. Estaba previsto que concurriera Juan Guaidó, pero Piñera actuó con cautela diplomática y congeló la invitación del presidente interino de Venezuela.
Si Guaidó llegaba la Cumbre del Prosur, Uruguay, Bolivia y Surinam ni siquiera hubieran enviado representantes a Santiago de Chile. Y esa situación hubieran convertido en un cadáver diplomático a las aspiración geopolítica de enterrar la Unasur y crear un modelo alternativo que contenga a todas las perspectivas regionales.
Noticia de Infobae.