Racing se consagró liderando la tabla de goles a favor y la de menos goles en contra. Un equipo que buscó siempre atacar sin dejar nunca de defender.
Varios seguidores e hinchas de la celeste y blanca se concretaron en la explanada Municipal para festejar la victoria del equipo, donde luego se realizó una caravana por las calles de la ciudad. Todo los festejos se organizó en la filial de Racing de calle Poderoso donde varios seguidores vivieron juntos el gran partido.
Juance Contino para Fm 95. Entrevista con Juan Alonzo desde la explanada Municipal.
Racing priorizó iniciar el juego de la forma más prolija y eficaz posible. Con Marcelo Díaz como abanderado del primer pase, el eje en el que se apoyó el resto para saber por dónde atacar, el equipo encontró espacios tanto internos como externos como para hacer daño a sus rivales. Con los dos laterales permanentemente posicionados en ataque (Sarabia y Pillud por un lado; Mena y Soto por el otro), con los centrales abiertos y con capacidad para conducir (Sigali sobre todo más Donatti y Orban) y con volantes ofensivos de buen pie que supieron moverse detrás de la línea de presión de los volantes rivales (Zaracho, Pol Fernández, Centurión, Neri Cardozo), los ataques de Racing aparecieron en cantidad y, sobre todo, calidad.
Pero así como el fútbol de ataque fue concebido en su propio campo, la estructura defensiva empezó a solidificarse en campo rival. A la hora de recuperar la pelota, Licha López y Cristaldo (luego Cvitanich) fueron los primeros defensores. Ser un equipo corto es un riesgo que Coudet siempre decidió asumir. Eso generó que la presión alta, sostenida y colectiva para ser eficaz, se convirtiera en una de las armas de este equipo y cuando el sistema falló, apareció la figura del arquero Arias. Salvo en algunos partidos en los que no mostró su mejor versión (por ejemplo en la fea caída ante River), Racing fue un equipo que generalmente se hizo protagonista gracias a la posesión (segundo en la tabla de porcentaje de tenencia en la Superliga). Sin lateralizar demasiado, más vertical a partir de las características de sus jugadores, Racing dominó futbolística y psicológicamente la mayoría de los encuentros.
Corto, aguerrido y en bloque para defender; amplio, intenso y dinámico para atacar. Racing conjugó virtudes ofensivas y defensivas y de esa mezcla salió un campeón completo, de arco a arco. Diario Olé.