Compartimos una carta enviada por un lector a nuestro medio.

¿Feliz día del padre?
Quizás el hecho más impactante para todos ayer fue el apagón general en la república.
Sorprendió a todos con ese silencio que provoco la falta de electricidad, y que fue el mejor regalo para las familias ya que se pudieron ver las caras y conversar como hace tiempo no hacian por estar presos de la tecnología.

Pero en mi caso y creo que el de muchos más lo que más impacto fue el abandono del cementerio local.
No todos tenemos la dicha de sentarnos a una mesa y compartir una comida con papa.
Algunos nos toco ir con el clima adverso concurrir al cementerio local a llevar una flor, una lágrima, una oración.
Pero lamentable es llegar y encontrar los frios pasillos oscuros por la falta de limpieza de los tragaluz del techo, techo que en varias partes se encuentra roto y quien sabe sino con riesgo de derrumbe por los nidos de aves que allí se encuentran.
Demás esta decir que donde hay aves, hay excremento. Y que diseminado por el suelo más el que se acumula en los techos provocaba un olor nauseabundo que poco invitaba a quedarse.

Si bien es primordial invertir en obras para los vivos, no por eso se debe abandonar el lugar de eterno descanso de nuestros seres queridos. Faltandoles el respeto a los difuntos y sus familias.
Poniendo en riesgo la vida y la salubridad de quienes visitan el cementerio. Tanto asi como de quienes trabajan en ese lugar.
La falta de luminarias internas naturales por falta de limpieza y mantenimiento, la falta de iluminacion artificial, ya que esta de moda poner led en todos lados; hacen que quien llega a visitar en un dia nublado como el de ayer no pueda llegar a su objetivo sino tiene una linterna en su celular.

Ir al cementerio se ha convertido en una asaña que amerita llevar consigo al estilo de quien va a una guerra objetos como casco y mascaras, como linterna, botas, y todo lo que uno crea necesario para esta travesia.