Rafa Nadal es historia pura. Y no solo por el último triunfo que firmó en París. Cada día, en cada escenario, el español se encarga de esclarecer cualquier tipo de duda sobre si es el mejor jugador de tenis en polvo de ladrillo que se haya visto. Lo es, sus títulos y números lo demuestran.
Ya no hay discusión. Rafa sigue en modo Fiera y, con 36 años, volvió a conquistar Roland Garros. Lo hizo por 14° vez. Un rey español en suelo francés. Es el dueño de un Roland Garros que se rinde a sus pies.
Y él no se cansa de reescribir los libros de historia: cada año, una nueva página. ¿Habrá sido el último capítulo? Fue la única incógnita que quedó flotando entre tantas certezas.