YouTube y Google, su empresa madre, le han declarado la guerra abierta alprincipal enemigo de su modelo de negocios: los bloqueadores de anuncios. La app más importante de videos del mundo comenzó a aplicar sistemas para impedir que los bloqueadores puedan saltar los avisos, mientras que Google hizo más difícil las cosas para estas extensiones en su navegador Chrome. ¿Cuál es la solución? Pagar el Premium de YouTube, por supuesto. ¿Y qué hizo la gente? Usar cada vez más bloqueadores de anuncios o aplicaciones piratas. En este sentido, a Google le salió el tiro por la culata.
La estrategia que tiene YouTube es incrementar el número de anuncios y avisar que es recomendable desactivar el bloqueador para que los usuarios se suscriban al Premium. Así, agobia a los usuarios con publicidades que a veces llegan a los 30 segundos sin posibilidad de saltarlas.
Es verdad que nuestro país tiene una de las suscripciones más baratas del mundo, ya que a diciembre de 2024 una membresía individual cuesta 1.899 pesos más impuestos, que la lleva a un precio final de poco más de 3.000 pesos. Aunque con la eliminación del Impuesto País esto seguramente vaya a modificarse.
En el resto del mundo la cosa es muy distinta. En Estados Unidos la suscripción comienza en 13,99 dólares por mes, y en Europa en 13,99 euros por el mismo período. Una tarifa que los usuarios consideran “abusiva” y por eso buscan vías alternativas.
Encuesta
Un estudio realizado por allaboutCookies preguntó a 1.000 usuarios de YouTube sobre su comportamiento sobre el uso de bloqueadores de anuncios en la plataforma. Y el resultado fue sorprendente: había aumentado el uso de bloqueadores de anuncios en un 336%, desde que YouTube aplicó esta nueva política de anuncios.
Aunque la gran mayoría tenía bloqueadores de anuncios ya instalados, decidieron acudir a otras opciones compatibles con esta nueva capa de protección de YouTube. Mientras que solo un 12% de los usuarios decidió pasarse a YouTube Premium, un 52% afirmó que no pagaría absolutamente nada por tener una experiencia sin anuncios en la plataforma.
El 22% de los usuarios también afirmó que con este movimiento se verían más tentados a usar un bloqueador de anuncios.
Así, al menos en el Primer Mundo, YouTube consiguió el efecto contrario al deseado. Menos gente quiere pagar por una suscripción y cada vez más usan vías alternativas, como bloquear anuncios via extensiones en Chrome o directamente cambiar de navegador, en la PC; y usar apps alternativas para visualizar contenido de YouTube en el celular.
Queda por ver cómo evoluciona esta tendencia, que por supuesto está inmersa en el contexto de un inevitable agotamiento, por exceso, del modelo de software por suscripción. (DIB) MM