La familia Verón, reconocida por organizar el emblemático fogón “Entre amigos y chamamé” durante la Fiesta Nacional del Ternero y Día de la Yerra en Avenida Solanet, ha anunciado la suspensión del evento este año debido a los elevados costos de habilitación impuestos por las autoridades locales. En contraste con ediciones anteriores, ahora se les exige realizar espectáculos folklóricos en lugar de mantener la dinámica tradicional del fogón.
Beatriz Tiseira de Verón, una de las organizadoras del fogón, expresó su descontento durante una entrevista en Radio Ayacucho. Relató cómo el fogón comenzó en 2012 de manera precaria, pero gracias al apoyo de la comunidad y de concursos de canto, creció gradualmente hasta convertirse en un evento destacado durante la fiesta. Sin embargo, ahora se enfrentan a trabas burocráticas y financieras que dificultan su realización.
Sin embargo, las nuevas exigencias municipales han resultado prohibitivas para la familia Verón. Se les ha solicitado realizar espectáculos de folklore exclusivamente, con tarifas que ascienden hasta los 4 millones de pesos. Esta imposición, sumada a la restricción de no poder cortar la calle ni la vereda, ni presentar otros espectáculos, ha generado frustración y preocupación en la familia organizadora.
Beatriz lamentó la falta de flexibilidad por parte de las autoridades, resaltando que el fogón ha sido una iniciativa privada que ha contribuido al espíritu festivo de la comunidad. Afirmó que la decisión de suspender el evento este año es un reflejo de la imposibilidad de adaptarse a las nuevas condiciones impuestas.
La suspensión del fogón ha generado reacciones mixtas en la comunidad. Mientras algunos expresan su apoyo y comprensión hacia la familia Verón, otros cuestionan la rigidez de las regulaciones municipales y lamentan la pérdida de una tradición arraigada en la identidad local.
En un gesto de apertura al diálogo, Beatriz se reunió con el presidente e integrantes de la comisión de la Fiesta del Ternero para abordar la situación planteada el día anterior en la municipalidad. Expuso sus inquietudes y lamentó que, según las autoridades, se trate de una disposición municipal de hace años y que no se haya reconocido el problema de la aglomeración de personas en la vereda y el corte de la calle durante la realización de la peña. Señaló la frustración de que, a pesar de las solicitudes, las autoridades municipales y de la Fiesta no muestren disposición para modificar la situación.
Y por último expresó su disposición a negociar con las autoridades municipales con la esperanza de encontrar una solución que permita la realización del fogón en futuras ediciones. No obstante, advirtió que la falta de flexibilidad y el peso económico de las exigencias podrían dificultar la viabilidad del evento en el futuro.