El pasado 5 de noviembre, el emblemático local “Casa Ortino” celebró nueve décadas de trayectoria en Ayacucho, reafirmándose como un ícono en la historia de la ciudad. Fundado en 1934 por Francisco Ortino, Casa Ortino comenzó su actividad como un taller especializado en hojalatería y en la reparación e instalación de molinos y aguadas, un oficio fundamental para el contexto rural de aquella época.
La historia de Casa Ortino se remonta a la esquina de las calles Sáenz Peña y Pueyrredón, conocida hoy como Avenida Dindart. En sus inicios, este taller se caracterizó por realizar trabajos complejos y meticulosos, en un tiempo en que los accesorios metálicos no se fabricaban en medidas estandarizadas. Francisco Ortino y su equipo desarrollaban artesanalmente cada pieza: canaletas, quemadores de paja, veleros de chapa, y componentes específicos para bombas y molinos que escaseaban en el mercado. Este trabajo artesanal, adaptado a las necesidades de cada cliente, fue esencial para la vida rural de la época.
Con el paso de los años, el negocio se mantuvo en manos de la familia. Los hijos de Francisco, Oscar Francisco, conocido como “Pocho”, y Heraldo Omar, apodado “Toto”, se sumaron al emprendimiento familiar, asegurando su continuidad después del fallecimiento del fundador. Tras el retiro de Oscar por motivos de salud, Heraldo quedó al frente del taller, especializándose en trabajos de zinguería que consolidaron aún más la reputación de Casa Ortino en la ciudad.
Hoy, Casa Ortino continúa en la misma esquina histórica y mantiene la tradición bajo la dirección de Guillermo Francisco Ortino, hijo de Heraldo. A sus 90 años, el local sigue ofreciendo servicios de ferretería y taller, con el mismo espíritu de compromiso y calidad que caracterizó a Francisco Ortino en sus comienzos. Via Diario Ayacucho.