❤️ Mi ciudad
Catalina Jaime: la bailarina ayacuchense que llevó el tango argentino a China

La joven ayacuchense Catalina Jaime, profesora y bailarina formada en la Universidad Nacional de las Artes, regresó recientemente de una gira artística que la llevó, junto a una compañía de tango, a recorrer veinte ciudades de China. En diálogo con FM 88, compartió detalles de una experiencia tan intensa como inolvidable.
Catalina vive en Capital Federal desde hace nueve años, donde trabaja como docente y continúa su formación en folklore y tango. En 2022, ingresó a la prestigiosa Compañía de Tango de la UNA, y fue con ese elenco con el que emprendió el viaje a Asia. La propuesta surgió a comienzos de año, en colaboración con la orquesta “Camerata porteña”, dirigida por Marcelo Rodríguez Scilla, y debió mantenerse en secreto hasta último momento.
Partieron el 14 de mayo y arribaron a Shanghái tras más de 30 horas de vuelo. Durante un mes, recorrieron veinte ciudades distintas, actuando cada noche con orquesta en vivo. “No es lo mismo bailar con pista que con músicos en escena. Es impresionante”, expresó Catalina, emocionada.
Cada función duraba una hora y media y requería siete cambios de vestuario, producidos especialmente para la ocasión. “Fue un despliegue enorme. Nuestro director trajo telas desde EE.UU. y aquí en Buenos Aires trabajamos con modistas para confeccionar todo a medida”, contó.
La vida en China, sin embargo, presentó desafíos. El idioma, la censura digital (debieron usar VPN para acceder a redes sociales y servicios como Google), la gastronomía exótica y el clima fueron parte del choque cultural. “La comida fue muy diferente. Todo tenía picante, incluso las golosinas. La primera semana bajé dos kilos”, recordó entre risas.
Además de bailar, Catalina y sus compañeros lograron conocer templos milenarios y aspectos de la vida cotidiana china. “Nos trataban como estrellas. Nos sacaban fotos por la calle, nos filmaban… era muy extraño para ellos ver occidentales”, relató.
La bailarina también destacó el alto nivel de organización del espectáculo, el lujo de los hoteles y el respeto del público asiático hacia la cultura argentina. “Fue un orgullo llevar nuestro arte tan lejos. Volví agotada pero feliz, con muchas ganas de seguir creciendo en este camino”, concluyó.
Una experiencia que, sin duda, marcará un antes y un después en su carrera.