Tras el resultado electoral que ubicó a Fuerza Patria como primera fuerza en Ayacucho, el intendente Emilio Cordonnier brindó un extenso análisis sobre el rol que deberá asumir el radicalismo en esta nueva etapa.

En declaraciones a FM 88, el mandatario enfatizó que su prioridad sigue siendo la gestión diaria. “La principal obligación es gobernar. No podemos vivir pendientes de la próxima elección. Tuvimos un resultado el domingo, pero lo importante ahora es seguir resolviendo los problemas cotidianos de los vecinos. La campaña terminó, y la gente espera que trabajemos por la educación, el trabajo y las obras que necesita Ayacucho”, sostuvo.

Cordonnier admitió que la elección dejó un escenario nuevo en el Concejo Deliberante, donde ahora convivirán tres bloques. Según explicó, esto obligará a negociar más y buscar acuerdos: “Será un desafío, porque habrá que dialogar con todos los sectores. Pero lo considero positivo, porque refleja lo que votó la gente. Si un proyecto no avanza, cada fuerza deberá explicar por qué. Eso también es parte de la democracia”.

Consultado sobre la incidencia de los resultados de cara al 2027, Cordonnier fue claro: “Es cierto que toda elección tiene un impacto, pero sería un error dedicar estos dos años a pensar en la próxima contienda. Hoy la responsabilidad es gobernar. Cuando se acerque la elección municipal, se discutirá lo que corresponda. Mientras tanto, tenemos que estar ocupados en mejorar caminos rurales, salarios municipales, obras de infraestructura y servicios. Esa es la verdadera prioridad”.

El intendente radical aseguró que seguirá apostando a un modelo de desarrollo basado en la educación y el trabajo, más allá de los cambios políticos coyunturales. “Estamos convencidos de que el crecimiento de Ayacucho depende de fortalecer la educación y generar empleo. Eso no cambia por un resultado electoral. Otros podrán tener propuestas distintas, y será la gente la que decida en su momento. Pero nuestro rumbo está claro”, reafirmó.

Para Cordonnier, los comicios no significan un retroceso definitivo, sino una oportunidad para revisar la gestión y corregir lo que sea necesario. “Perder nunca gusta, pero lo tomo como un desafío. Nos da la posibilidad de escuchar más, ajustar lo que haya que ajustar y salir fortalecidos. No se trata de pensar en derrotas o victorias, sino en cómo seguir construyendo un Ayacucho mejor”, concluyó.