Daniel Camacho, piloto con más de 35 años de trayectoria en el automovilismo zonal, está a punto de concluir su destacada carrera en el campeonato APAC. Este año ha ganado cuatro de las cinco carreras disputadas, consolidándose como líder absoluto y estando muy cerca de consagrarse campeón una vez más. Camacho habló sobre su carrera, el sacrificio que conlleva el automovilismo y la importancia de su equipo y su familia.
El piloto atribuye su éxito a un arduo trabajo de preparación, destacando que tanto el chasis como el motor de su vehículo fueron revisados y ajustados en cada detalle. A pesar de algunas dificultades técnicas, como una rotura de balancín que lo dejó con cinco cilindros en una carrera, Camacho ha sabido imponerse en la mayoría de las pruebas y se encuentra en una posición inmejorable para el título.
Camacho también hizo referencia al costo elevado del automovilismo, un deporte que, según sus palabras, “siempre fue caro”. El mantenimiento de su auto, que incluye la contratación de un motorista y un chasista, representa una inversión significativa. Sin embargo, destacó el apoyo incondicional de su familia y equipo de trabajo, que le permite concentrarse plenamente en las competencias.
El automovilismo ha sido para Camacho una experiencia familiar y comunitaria. Tanto su esposa como sus hijos lo acompañan en cada carrera, y su hijo Pablo ya se prepara para seguir sus pasos. “Mis hijos vieron mis carreras desde que estaban en la panza”, comentó el piloto con emoción. Camacho está considerando la posibilidad de que su hijo participe en una categoría menor para iniciar su carrera deportiva.
A pesar de la posibilidad de retirarse tras esta temporada, Camacho no descarta seguir un año más si consigue el campeonato, motivado por el pedido de la categoría APAC. Sin embargo, su plan inicial es finalizar su carrera tras 35 años de éxitos, habiendo logrado 300 competencias en el automovilismo zonal y dejando una huella imborrable en la región.
Camacho reflexionó sobre la importancia del deporte como factor de cohesión social y familiar. “El automovilismo es un deporte muy familiar”, dijo, resaltando la camaradería que se vive en cada competencia, donde los equipos comparten desde herramientas hasta comidas, consolidando lazos que van más allá de lo deportivo.
Con dos carreras restantes, Daniel Camacho se prepara para cerrar una etapa significativa de su vida, con la satisfacción de haber representado a Ayacucho durante décadas en el automovilismo zonal, y con la expectativa de dejar un legado que continuará con las futuras generaciones de pilotos. Foto: Vertigo.